(InfoCatólica) La Cáritas de la diócesis de Butembo-Beni, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), ha emitido un llamamiento urgente a la comunidad internacional y a los medios de comunicación católicos de todo el mundo, con el fin de alertar sobre la grave situación humanitaria que atraviesa la región del Norte de Kivu. Las masacres llevadas a cabo por los rebeldes de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en la zona de Beni y por los grupos armados del M23 en los territorios de Rutshuru y Lubero han dejado a la población en una situación crítica de vulnerabilidad y sufrimiento.
Las consecuencias de estos conflictos armados se reflejan en la falta de acceso a los recursos más básicos. Miles de familias han perdido sus hogares y sus medios de subsistencia, lo que ha provocado un incremento alarmante del hambre en la región. La desnutrición, especialmente entre los niños, las mujeres embarazadas y las madres lactantes, es una de las principales preocupaciones, agravada por el colapso del sistema sanitario, que ha sido debilitado tanto por los ataques directos como por la falta de suministros. Las condiciones de salud se han deteriorado hasta tal punto que la asistencia médica es prácticamente inaccesible para muchos, y las infraestructuras de salud han sufrido daños irreparables.
Uno de los ejemplos más dramáticos es el Centro de Salud de Referencia de Maboya, que fue saqueado e incendiado en 2023 por los rebeldes ADF. Durante el ataque, una religiosa de la congregación de las Pequeñas Hermanas de la Presentación fue calcinada mientras hacía guardia en el centro. A día de hoy, las actividades en esta instalación no han podido reanudarse por falta de recursos económicos y materiales, lo que deja a una amplia zona sin acceso a atención sanitaria básica.
Además de la hambruna y la falta de atención médica, la región sufre una creciente violencia sexual, especialmente contra mujeres y niñas, que se han convertido en víctimas de los grupos armados. Esta situación genera un clima de desesperación e inseguridad entre la población, que vive con el miedo constante a los ataques y abusos.
A pesar de estos enormes desafíos, Cáritas Butembo-Beni sigue siendo un pilar fundamental de esperanza para las comunidades afectadas. Con el apoyo de diversas organizaciones internacionales como Cáritas Internationalis, Cáritas Noruega, Cáritas Bélgica y el CRS (Catholic Relief Services), la diócesis ha movilizado recursos para mitigar los efectos de la crisis. Las acciones de Cáritas incluyen tanto la ayuda humanitaria de emergencia como programas de desarrollo a largo plazo, enfocados en ofrecer soluciones sostenibles para las familias afectadas.
Entre las iniciativas más destacadas, Cáritas ha puesto en marcha dos centros de formación profesional que ofrecen a los jóvenes una oportunidad de aprender oficios que les permitan ganarse la vida. Estas formaciones son cruciales en un contexto en el que muchos padres ya no pueden permitirse pagar la educación de sus hijos debido a la guerra, que ha destruido campos agrícolas, principal fuente de ingresos de muchas familias. Además, Cáritas Butembo-Beni está trabajando con más de 2.500 hogares rurales para promover la agricultura y la piscicultura como herramientas para mejorar la seguridad alimentaria y generar ingresos. Estas iniciativas también incluyen programas de formación en resiliencia agrícola, con el fin de hacer frente a los efectos del cambio climático, que agravan aún más la crisis alimentaria.
Sin embargo, las dificultades persisten. La Granja Escuela Nino Banglireri, establecida en 2012 gracias a la Conferencia Episcopal de Italia, ha visto reducida su productividad agrícola debido a su ubicación en una zona controlada por los rebeldes ADF, lo que pone en riesgo su continuidad. Pese a ello, Cáritas ha diseñado un plan para reactivar sus operaciones y seguir contribuyendo al desarrollo sostenible de la región.
Asimismo, en su política de desarrollo sostenible, la diócesis ha instalado varias microcentrales hidroeléctricas en zonas rurales, con el objetivo de proporcionar energía limpia y apoyar a las comunidades locales. No obstante, estas infraestructuras, que llevan más de 20 años en funcionamiento, están obsoletas y requieren una modernización urgente para seguir siendo operativas y cumplir su función de apoyo al desarrollo local.
Monseñor Sikuli Paluku Melquisedec, obispo de la diócesis de Butembo-Beni, ha reiterado que la misión de la Iglesia en esta región devastada por la guerra no solo es ofrecer consuelo espiritual, sino también llevar a cabo acciones concretas que mejoren las condiciones de vida de las personas más vulnerables. La proximidad de la Iglesia se manifiesta tanto en las palabras litúrgicas como en las obras que alivian el sufrimiento de las comunidades.
La crisis en el Norte de Kivu es una de las más graves y olvidadas del mundo, tal como lo señaló el Papa Francisco en su visita a la República Democrática del Congo en 2023, cuando lamentó que «los medios internacionales no informan sobre las guerras en la RDC ni sus consecuencias». Cáritas Butembo-Beni espera que este nuevo llamamiento pueda despertar la conciencia internacional y movilizar los recursos necesarios para continuar con su labor humanitaria y restaurar la paz en la región.
