(DieTagespost/InfoCatólica) Según un estudio realizado por psicólogos clínicos de la salud, no solo ha aumentado rápidamente en los países industrializados de Occidente el número de niños y adolescentes que desean cambiar su sexo biológico mediante tratamientos hormonales y cirugías, sino que también es cada vez más común que los jóvenes deseen volver a su sexo biológico. Consideran que la transición no es la mejor opción y habrían preferido tener acceso a alternativas. Así lo informó a principios de octubre el Instituto de Antropología Médica y Bioética (IMABE).
El estudio, dirigido por el psicólogo clínico de la salud Pablo Exposito-Campos, de la Universidad del País Vasco en el norte de España, revisó los datos de 2.689 personas. La conclusión fue que el regreso a su sexo biológico «a menudo está relacionado con la falta de apoyo social y profesional», con la falta de información y recursos, así como con «dificultades interpersonales, problemas de identidad y estigmatización por detransfobia». Los afectados suelen enfrentarse a «emociones complejas como el duelo y la culpa», así como a «discriminación y rechazo». La mayoría de los afectados son niñas.
Un enfoque integral en lugar de tratamientos hormonales precipitados
Según los investigadores, el trabajo psicoterapéutico con los afectados debe centrarse en reconocer sus experiencias y emociones complejas. Se debe ayudar a los jóvenes en su búsqueda de sentido e identidad. También es crucial dar espacio a las heridas psicológicas causadas por prejuicios y la exclusión social. «En lugar de administrar precipitadamente hormonas potencialmente dañinas, que generalmente conducen a intervenciones quirúrgicas irreversibles», sostienen los investigadores, es necesario un enfoque integral «para hacer justicia a las necesidades de los afectados».
El 26,7% de los afectados habría deseado recibir un apoyo alternativo. Según el estudio, el 33,3% de los encuestados afirmó haber sido malinterpretado por los médicos, y el 46,7% se sometió a un tratamiento transgénero por presiones externas. Solo el 20 % de los encuestados estaba satisfecho con el cambio físico.
Problemas psicológicos adicionales
El estudio también revela que el 53% de los casos de disforia de género y deseos de transición están asociados con problemas psicológicos. Ya en 2022, la revista médica Ärzteblatt informó que el 67% de los niños y el 76% de las niñas con disforia de género habían sido diagnosticados con al menos un trastorno psicológico adicional, como depresión o trastorno límite de la personalidad.
El estudio actual muestra que el diagnóstico de «trastorno de identidad de género» entre los jóvenes de 5 a 24 años en Alemania es ocho veces más frecuente que hace diez años, mientras que entre los adolescentes de 15 a 24 años solo se realizan un tercio de los diagnósticos. Las niñas adolescentes son las más afectadas.
El psiquiatra infantil y juvenil Alexander Korte, citado por Neue Zürcher Zeitung en junio, describió este diagnóstico como un fenómeno de la época en la generación joven, promovido por influencers en las redes sociales.
Muchos países europeos, incluido el Reino Unido, han reconocido la complejidad del problema de la transición y están retrocediendo en sus políticas progresistas de apoyo a las transiciones. Además, estudios indican que el porcentaje de jóvenes que se identifican como transgénero oscila entre el 1,2% y el 2,7%.