(LifeNews/InfoCatólica) La campaña de 40 Días por la Vida en Bellevue, Nebraska, vivió un momento especial cuando estudiantes de la Academia Chesterton dedicaron una hora y media a sostener carteles con mensajes a favor de la vida y rezar frente a un centro de abortos local.
Sin embargo, no fue solo por eso que fue un día memorable. Judy, una de las chicas que se encontraba participando en la actividad, mostró a una clienta del centro abortista un modelo de un feto de ocho semanas. Esa clienta, casualmente, estaba embarazada de ocho semanas.
«No hablaba bien inglés», explica Judy. «Así que dos de mis amigas hispanohablantes... se acercaron a hablar con ella».
Esa conversación condujo a una visita al centro local de ayuda para embarazadas, donde la madre decidió optar por la vida, incluso después de que varios abortistas intentaran persuadirla para que reconsiderara su decisión.
No solo se han estado realizando estas iniciativas en dicha ciudad, sino también en varias localidades de Corea del Sur, donde hace apenas cinco años se despenalizó el aborto. Similar a la línea de acontecimientos de Estados Unidos, desde entonces, la legalización ha sido un desastre sin paliativos, ya que el país ahora registra una de las tasas de aborto más altas y una de las tasas de natalidad más bajas del mundo.
No obstante, en cada país del mundo, los fieles que se comprometen con la iniciativa de 40 Días por la Vida se siguen esforzando por salvar vidas y almas. Un buen cartel provida es una herramienta valiosa en una vigilia. Informa a los transeúntes de que no estás esperando un autobús, sino que estás orando por el fin del aborto.