(ForumLibertas/InfoCatólica) Desde tiempos inmemoriales, muchos hombres han optado por dejar todo atrás para defender principios esenciales como el Bien, la Verdad y la Belleza. En este contexto, Pablo Siegrist se ha convertido en un firme defensor de la vida en Bruselas, donde se discute una legislación que puede amenazar la existencia de los más vulnerables.
Como Director General de la Fundación Jérôme Lejeune en España y Vicepresidente de la Federación Europea «One of Us», su labor es fundamental para quienes carecen de voz. En una reciente conversación, Siegrist analizó las dificultades que enfrenta en la defensa de la vida en el ámbito europeo y subrayó la necesidad de que los jóvenes encuentren referentes que los inspiren a actuar. Él sostiene que «el embrión humano, aunque sea en estado unicelular, es un ser humano más, es ‘uno de nosotros’, y no podemos dejarlo solo».
«One of Us» es una voz destacada en la defensa de la vida en Europa. ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentará después de estas elecciones el movimiento provida en la Unión Europea?
Uno de los principales obstáculos será la creciente presión de grupos y corrientes políticas que buscan consolidar el aborto como un derecho humano dentro de la Unión Europea. Las iniciativas para incluir el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales son una amenaza real, no solo a nivel legislativo, sino también a nivel cultural, al querer normalizarlo en la mentalidad de los ciudadanos europeos. Además, el lobby pro-aborto tiene una influencia fuerte en las instituciones europeas, lo que puede dificultar la promoción de políticas que respeten y protejan a los seres humanos desde la concepción.
En el contexto de las recientes elecciones al Parlamento Europeo, ¿Qué medidas específicas esperaría «One of Us» que los europarlamentarios y partidos políticos adopten para proteger la vida humana?
Esperaríamos que los parlamentarios promuevan iniciativas que defiendan el derecho a la vida de todas las personas desde la concepción hasta la muerte natural. Esto incluye rechazar cualquier intento de incluir el aborto como un derecho fundamental, así como fomentar políticas que apoyen a las mujeres embarazadas, a las familias y a las personas vulnerables. También sería fundamental impulsar una mayor transparencia en la financiación de organizaciones que promuevan el aborto y asegurar que los fondos europeos se utilicen para apoyar a las personas más vulnerables, no para ponérselo más difícil.
¿Cómo evalúa usted el papel actual del Parlamento Europeo en temas relacionados con la vida y la dignidad humana? ¿Hay avances o retrocesos recientes que considere relevantes?
Lamentablemente, hemos visto más retrocesos que avances en la última legislatura. El Parlamento Europeo ha promovido resoluciones que abogan por el aborto y otras prácticas contrarias a la dignidad humana, bajo la excusa de los «derechos sexuales y reproductivos», sin que exista una unanimidad entre los Estados miembros sobre la interpretación de este concepto. Sin embargo, hay eurodiputados dentro del Parlamento que han resistido estos esfuerzos, pero enfrentan una lucha constante. La realidad es que, en algunos países miembros de la UE, vemos avances en el apoyo a la vida, lo que nos da esperanza.
En su opinión, ¿Cómo podemos los ciudadanos europeos influir en nuestros representantes?
La participación ciudadana es crucial. Los ciudadanos pueden influir a través del voto, eligiendo a representantes que compartan sus valores en defensa de las personas más vulnerables. Además, el contacto directo con los eurodiputados, enviando cartas o participando en campañas de sensibilización, es una herramienta poderosa. Es importante que los políticos sepan que hay una parte significativa de la población que defiende la vida y que espera que sus intereses sean representados.
Recientemente el parlamento europeo ha aprobado una resolución para incluir el derecho al aborto en la carta de derechos fundamentales de la Unión Europea ¿Qué alcance cree que tendrá esa resolución a la hora de asumir cada país el falso derecho al aborto?
Si bien la resolución del Parlamento Europeo no es vinculante, supone una petición a la Comisión Europea para que inicie un proceso legislativo en ese sentido, si bien no existe competencia de la UE en este campo. A pesar de esto, tiene un efecto simbólico y de presión sobre los Estados miembros, especialmente en aquellos donde hay corrientes de liberalización del aborto. Algunos países pueden sentirse presionados a modificar sus legislaciones para alinearse con esta postura, lo que sería un grave retroceso en la protección de la soberanía nacional y de la vida. Sin embargo, los Estados miembros de la Unión conservan la soberanía en esta cuestión, que no ha sido transferida a las instituciones comunitarias, y hay que seguir apoyando a aquellos que defienden una legislación protectora de la vida humana siempre.
Además de la defensa de la vida desde la concepción, ¿Qué otras áreas prioritarias consideran «One of Us» importantes para promover una cultura de vida en Europa?
La cuestión de la protección del ser humano desde su concepción no es una cuestión más. Es el momento en el que la persona es más vulnerable y, si no cuenta con la protección de sus padres, queda totalmente desamparada. Por eso, One of Us se centra en esta cuestión: el embrión humano, aunque sea en estado unicelular, es un ser humano más, es “uno de nosotros”, y no podemos dejarlo solo. Por supuesto, trabajamos para que se defienda la vida de las personas en estado de mayor vulnerabilidad siempre, lo que implica la lucha contra la eutanasia, el apoyo a las personas con discapacidad y la defensa de una investigación y una atención médica ética. Nuestros socios abogan también por políticas que fortalezcan a la familia, el pilar básico de la sociedad, y que ofrezcan un apoyo integral a las mujeres embarazadas, para que descubran que el aborto no es la única opción y no están solas ante su embarazo.
¿Qué estrategias se deberían implantar en Europa para aumentar la conciencia y el apoyo a la causa provida entre los jóvenes europeos?
Es vital llegar a los jóvenes a través de la educación y la cultura, con campañas que promuevan una visión positiva de la vida y la dignidad humana. El uso de las redes sociales y medios digitales es clave para comunicar de manera efectiva y accesible estos mensajes. También es importante que los jóvenes tengan referentes que han sabido defender a los más vulnerables y que puedan participar en actividades y movimientos que los inspiren a defender la vida. La realidad es que, a menudo, los jóvenes se movilizan cuando comprenden el valor intrínseco de cada ser humano.
Nos encontramos ante una gran crisis de referentes. ¿Qué referentes nos recomendaría como acicate para dar la batalla por lo que realmente importa?
Un referente clave es el profesor Jérôme Lejeune, cuyo trabajo en la ciencia y la defensa de la vida lo convirtió en un auténtico modelo de profesional y hombre íntegro. Fue un médico que luchó incansablemente por los más vulnerables, como las personas con discapacidad intelectual, y nunca comprometió sus principios, siempre fiel al juramento Hipocrático. Pero a nuestro alrededor tenemos muchos otros, referentes contemporáneos que incluyen a personas y familias que, a pesar de las adversidades, han defendido la vida, apoyan a personas en situación de vulnerabilidad dando su propia vida y muestran que el amor y el apoyo pueden transformar el mundo.
Desde su posición como director general de la Fundación Jérôme Lejeune, ¿Cómo describiría la situación actual en Europa para los niños con síndrome de Down?
La situación en Europa es preocupante. Como se ha publicado en un estudio reciente, somos el continente en el que, en muchos países, el diagnóstico prenatal se ha convertido en una manera de sentenciar a los niños con síndrome de Down, ya que las tasas de aborto tras este diagnóstico son extremadamente altas. España, de hecho, está en una de las peores posiciones según este estudio. Nosotros trabajamos, por el contrario, para cambiar esta mentalidad, mostrando el valor inmenso que tienen estas personas y haciendo ver que, con un acompañamiento adecuado, llevan vidas plenas y, normalmente, felices. Es crucial que las políticas de salud apoyen a estas familias en lugar de incentivarlas a tomar decisiones que atenten contra la vida de sus hijos, y de las que con frecuencia se arrepienten dolorosamente en el futuro.