(ACN/InfoCatólica) Esta semana, la organización «Católicos Autistas» celebró su primera reunión virtual, marcando el inicio de una red de apoyo para católicos en el espectro autista. John Smith, un converso al catolicismo y residente de Ridgway, Colorado, es el director ejecutivo y fundador del grupo, que se gestó el pasado verano con la finalidad de ofrecer una comunidad de fe para quienes, como él, enfrentan desafíos únicos debido al autismo.
El padre Matthew Schneider, sacerdote abiertamente autista y presidente de la organización, explicó que la misión de «Católicos Autistas» responde al llamado del Papa Francisco de llevar el Evangelio a las «periferias», señalando que «las personas con autismo a menudo están en la periferia de nuestra sociedad». Schneider, quien es miembro de la congregación de los Legionarios de Cristo y docente en el Seminario de San Patricio, en San Francisco, destacó la importancia de brindar un espacio para que estas personas puedan vivir plenamente su fe.
Favoreciendo el acompañamiento dentro de la Iglesia
Schneider y Smith subrayaron la necesidad de que la Iglesia acoja a los católicos autistas mediante «misas adaptadas sensorialmente». La sobrecarga sensorial, que puede afectar a personas con autismo durante las misas, se presenta como una reacción intensa ante ciertos estímulos como luces, sonidos y olores. Schneider ha trabajado en la elaboración de un directorio de misas adaptadas sensorialmente, destacando la importancia de crear un ambiente accesible para la comunidad autista.
El grupo también hace frente a retos sociales. «Católicos Autistas» pretende ser un espacio donde las personas puedan discutir sus experiencias y desafíos, promoviendo la integración de grupos de apoyo en parroquias y fomentando una comprensión más profunda entre católicos autistas y neurotípicos. Según Schneider, existen problemas de comunicación que dificultan la interacción entre ambos grupos, por lo que es fundamental una empatía mutua y la creación de espacios de entendimiento.
Un apostolado necesario
Smith y otros miembros de la organización expresan que uno de los objetivos de «Católicos Autistas» es dar voz a las personas con autismo en la Iglesia, valorando su perspectiva única como «un don dentro del Cuerpo de Cristo». Katie Sheldon, bioeticista y miembro del consejo directivo, destacó que la neurodiversidad aporta «dones hermosos y únicos a la Iglesia y al mundo». Inspirada en el movimiento de neurodiversidad de los años 90, la organización aboga por ver el autismo no como una deficiencia, sino como una expresión única de dones espirituales y personales.
Smith añadió que uno de los retos de la comunidad autista es la tendencia a categorizar en grados de «alta» o «baja» funcionalidad, y desde «Católicos Autistas» prefieren reconocer la variedad de necesidades de apoyo que cada persona puede tener en distintos momentos de su vida.
Perspectivas futuras
Aunque el proyecto está en sus inicios, «Católicos Autistas» ya ha despertado un interés positivo en diversas diócesis de Estados Unidos. Según Smith, las respuestas recibidas han sido de apoyo y entusiasmo, con personas expresando la necesidad de una comunidad así en la Iglesia. El grupo espera consolidarse como una entidad sin ánimo de lucro.