(ACN/InfoCatólica) Durante una visita a la sede internacional de la fundación en Königstein, Alemania, Marielle Boutros ha asegurado que toda la población se ve afectada por los ataques. «Todo el sur del Líbano está en el punto de mira, y allí hay muchos cristianos», explica. «No son zonas exclusivamente chiíes o de Hezbolá, allí viven muchas familias cristianas. Algunas han perdido sus casas, y ahora se están desplazando del sur a otros lugares, como Beirut, Monte Líbano y el norte, en busca de seguridad».
Bombardeos en la capital
Los proyectiles también han alcanzado varios objetivos en Beirut, aunque en la capital se han limitado sobre todo a zonas chiíes donde Hezbolá, partido político y milicia chií, cuenta con mayor apoyo. «Pero Beirut no es una gran ciudad, así que, si atacan una parte de Beirut, todo Beirut se ve afectado. Durante todo el día la gente sufre el ruido de los aviones militares y los drones», indica la coordinadora de proyectos de ACN para el Líbano.
Desde hace décadas, en este país se registra un flujo constante de cristianos que emigran en busca de una vida mejor y más segura en los países occidentales. Marielle Boutros teme que esta nueva guerra provoque otro éxodo, mermando aún más la presencia e influencia de los cristianos en la región. «Tengo 37 años y he vivido más de cinco guerras en el Líbano», explica. «No es fácil vivir en un país donde un día estás bien y al siguiente tienes que esconderte de los misiles. Ese no es el tipo de vida que gusta a los jóvenes. El trauma que está viviendo la gente y el trauma de soportar otra guerra más no se superarán fácilmente».
Escuelas temporalmente cerradas
Afortunadamente, los proyectos actuales de ACN no se han visto directamente afectados, proyectos que ahora son más necesarios que nunca. «Desde el 7 de octubre de 2024 tenemos una guerra a baja escala en el sur, así que los proyectos allí y en el Valle de la Becá sirven sobre todo para ayudar a la gente mediante la distribución de alimentos y productos sanitarios», asegura Boutros. Y añade:
«De momento, nada de esto se ha detenido ni se ha visto directamente afectado por los ataques. Es cierto que las escuelas, a las que también hemos estado apoyando mucho, están cerradas, pero eso es algo temporal. Ahora se están pasando a la enseñanza online».
Las iglesias como refugio
Boutros ya está pensando en nuevas formas en que la fundación pontificia podría ayudar a raíz de esta nueva crisis. «La gente está viviendo ahora en los salones de las iglesias, así que necesitarán comida, productos sanitarios, colchones y mantas, y si esto continúa, necesitaremos calefacción para el invierno, aunque, naturalmente, esperamos que no dure tanto», afirma.
Actualmente, ACN está financiando más de 300 proyectos en el Líbano. La fundación pontificia lleva décadas muy involucrada en este país. Esta relación no ha hecho más que profundizarse con el reciente colapso económico, así como con la masiva explosión en el puerto de Beirut en 2020, que destruyó amplias zonas de la ciudad.
Aparte de esta ayuda material, Marielle Boutros sigue pidiendo a todos los benefactores y amigos de ACN que recen para que la paz «llegue por fin al Líbano y a toda la región, y por que se ponga fin de forma justa al conflicto actual».