(InfoCatólica) El 14 de septiembre de 1524. Ese día Juan Pedro Carafa, Cayetano de Thiene, Bonifacio de’Colli y Pablo Consiglieri, cuatro hombres de fe, comprometidos con el deseo de reformar la Iglesia «en la cabeza y en los miembros», emiten su profesión religiosa ante el Delegado Pontificio para este efecto, Mons. Juan Bautista Bonciano, obispo de Caserta. Se fundaban la Orden de los Clérigos Regulares, conocidos popularmente como los «teatinos», por el antiguo nombre (Theate) de la ciudad de Chieti, de quien en su momento era obispo uno de los fundadores de la Orden
El quinto centenario de su fundación está siendo celebrado en Roma, donde hoy el Santo Padre recibirá a 1.500 peregrinos.
Los actos comenzaron el lunes 9, con una conferencia en la capital italiana, el martes, en Venecia con una misa presidida por el sacerdote argentino Marcelo Raúl Zubía. , vicario general de la Orden de Clérigos Regulares, con la presencia de peregrinos teatinos, sacerdotes y amigos diocesanos de Brasil, Estados Unidos, México, Colombia, Argentina, Portugal, España e Italia. Está prevista una parada en Nápoles durante la semana, antes de la audiencia con el Papa Francisco. La peregrinación en conmemoración del 500 aniversario ha estado siempre acompañada por el obispo brasileño, Dom Gorgônio Alves.
Cerca de 1.500 participantes conmemorarán el sábado 14 de septiembre los 500 años de fundación de la Orden Teatina de Clérigos Regulares en la Basílica de San Pedro.
Historia de los Teatinos
La Orden de los Clérigos Regulares (Teatinos) es un instituto clerical de Vida Consagrada Religiosa, que nació el 14 de septiembre de 1524.
Ese día, Juan Pedro Carafa, Cayetano de Thiene, Bonifacio de’Colli y Pablo Consiglieri, cuatro hombres de fe, comprometidos con el deseo de reformar la Iglesia «en la cabeza y en los miembros», emiten la profesión religiosa ante el delegado pontificio, Mons. Juan Batista Bonciano, obispo de Caserta, en Italia.
Ese acto encierra un proceso iniciado cuando el sacerdote y jurisconsulto Cayetano de Thiene se estableció nuevamente en Roma en 1523, y continuó actuando en el Oratorio del Divino Amor.
En ese contexto, hizo una profunda amistad con otro miembro del oratorio, Juan Pedro Carafa, obispo de Chieti – ciudad italiana que en latín se denomina Theate y da el nombre a la Orden «Teatina» – y arzobispo de Brindisi, además de examinador del clero romano por voluntad del Papa Clemente VII.
Los dos clérigos diseñaron esos proyectos de renovación eclesial, teniendo como eje de referencia la disciplina clerical. La idea principal era la formación de un grupo de sacerdotes bien consolidado, aunque fuese pequeño, que pudiese ser figura y modelo para la vida de los eclesiásticos. Ese es el principio que rige su carisma religioso.
