(KNA/InfoCatólica) Heße aseguró ayer, en referencia al «acalorado debate sobre el asilo» en Alemania que «las exacerbaciones emocionales y los llamamientos enérgicos a soluciones supuestamente simples están poniendo en marcha una dinámica peligrosa: se alimentan miedos, se generan expectativas incumplibles, y de esta manera, la cultura democrática y del estado de derecho de nuestro país corre el riesgo de verse dañada».
«También se pone en peligro el proyecto europeo si en el estado miembro más grande de la UE surgen demandas para, simplemente, pasar por alto el derecho común», advirtió el arzobispo de Hamburgo. «Casi parece haberse olvidado que la UE, con la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo (GEAS), ya ha adoptado regulaciones más restrictivas que ahora se están implementando gradualmente».
En su declaración, Heße no se refirió a propuestas concretas de partidos o personalidades políticas. Sin embargo, subrayó:
«Los principios del estado de derecho y los compromisos internacionales son un bien preciado. Respetarlos es la base para llegar a soluciones responsables».
«Es necesario convencer a través de políticas sensatas, por ejemplo, apoyando eficazmente a los municipios, eliminando los obstáculos existentes en el camino hacia una integración exitosa y simplificando los procedimientos burocráticos», demandó Heße. Y concluyó:
«¡Seguridad y protección de los refugiados no son opuestos, sino que van de la mano!»
Endurecimiento de la política migratoria
En las últimas semanas, Alemania ha endurecido su política migratoria con controles fronterizos más estrictos, reduciendo beneficios económicos directos para solicitantes de asilo y estudiando la posibilidad de rechazos masivos de inmigrantes. También aumentará el apoyo financiero a los estados federados por cada refugiado que acojan.
El terrorismo islamista ha influido en el endurecimiento de la política migratoria en Alemania. En las últimas semanas, varios incidentes violentos, como ataques con cuchillo por parte de terroristasislamistas, han generado un gran preocupación y un acalorado debate en la opinión pública. Entre las medidas figuran el control de fronteras y la deportación de personas consideradas peligrosas o que hayan cometido delitos graves.