(Kath.net/InfoCatólica) El presidente Nauseda destacó que Lituania, de marcada tradición católica, siempre ha mantenido una relación especial con la Santa Sede y que nunca olvidará que ésta jamás reconoció la ocupación y anexión del país báltico por parte de la Unión Soviética. La Iglesia de Lituania, tanto durante la ocupación soviética como la zarista rusa, fue una importante columna de fortaleza interna para la nación. Tras la independencia, la visita del Papa Juan Pablo II y sus palabras «¡No tengáis miedo!» dieron ánimo a Lituania. Estas tres palabras, subrayó el presidente, son tan actuales hoy como siempre, especialmente en el contexto del ataque de Rusia a Ucrania.
Nauseda pidió a la comunidad internacional que apoye a Ucrania en su defensa y apeló al Vaticano para que mantenga su firme respaldo al país invadido, un apoyo que, junto con la ayuda de la Iglesia Católica a los refugiados ucranianos, valora profundamente. El presidente enfatizó que cualquier otro escenario que no sea la victoria de Ucrania tendría consecuencias negativas para Europa y su seguridad. Asimismo, destacó que la paz futura debe basarse en el pleno apoyo a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania. Algo que prácticamente se da por imposible, como lo demuestra el hecho de que Alemania ya ha dicho a Zelenski que tiene que ceder territorio a Rusia.
En 2023, el Papa Francisco trasladó a Gänswein a su archidiócesis natal de Friburgo, sin asignarle un cargo específico. En junio de 2024, Francisco nombró al exsecretario privado de Benedicto XVI embajador del Vaticano en Lituania, Letonia y Estonia.