(ACIPrensa/InfoCatólica) En México se conmemoró el pasado 30 de agosto el Día Internacional de las Personas Desaparecidas, día que toca a muchas familias mejicanas que han perdido a alguno de sus integrantes sin saber absolutamente nada de ellos y sin poder darle descanso a sus memorias.
En el evento presidido por el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, monseñor Francisco Javier Acero, se dirigió a la presidenta electa del país Claudia Sheinbaum para pedir que escuche las voces de las madres que con angustia lloran a sus hijos desaparecidos a causa de la violencia que vive el país.
«Se lo pido, en nombre de ellas, que como madre escuche a estas mamás».
Dos madres que viven esta triste situación y que participaron en el acto hablaron también dirigiéndose también a Clara Brugada, jefa electa de Gobierno de la Ciudad de México para pedir que «restablecan el tejido social que se ha roto y comenzar a componerlo».
Monseñor Acero explicó que el número de personas desaparecidas es alarmante y va en aumento, y el gobierno tiene una «enorme deuda en materia de desaparición» ya que es un problema de sistema de gobierno aplicado en el país.
En los últimos seis años, bajo el gobierno de López Obrador, van 51.620 casos de personas desaparecidas en el país.
El sacerdote se ofreció como mediador para un diálogo «discreto, sin cámaras, sin focos» con la presidenta electa, «desde aquí le hago este llamado, que escuche a esta red nacional». De igual manera pone «en manos de la Virgen de Guadalupe» a las familias de las personas desaparecidas.
Monseñor dijo: «Desde la Basílica, el lugar más materno de México, queremos visibilizar esta realidad, este dolor de las madres, padres y familiares de desaparecidos (...) En nuestra creencia, en nuestras convicciones, [queremos] ponerlos en manos de la Virgen de Guadalupe».
También explicó que la Iglesia Católica tiene la responsabilidad de «acompañar al pueblo de Dios» y brindarles el apoyo necesario en su incesante búsqueda, por ello se reúnen mensualmente con grupos de dichas familias para colaborar mediante la participación anónima de la ciudadanía.
