(Excelsior/InfoCatólica) El cardenal aseguró que «otros esperan mesías políticos, liberadores de situaciones injustas, magos de las finanzas, que arreglen la balanza de pagos y la Bolsa, y suban el nivel de vida, creadores de bienestar y progreso material, líderes que solucionen los problemas sociales acuciantes: hambre, violencia, incultura». «Pero nosotros, los cristianos −añadió el prelado– de verdad esperamos a aquel que pueda cambiar nuestra vida y nuestra historia. La liturgia de este domingo nos presenta varios rasgos del mesías auténtico para que no lo confundamos con ningún otro mesianismo, por atractivo que parezca».
El arzobispo primado de México indicó que el verdadero Mesías, Jesús, es el que libera a las personas de rencores y egoísmos, y predica la práctica de las buenas acciones, tal como quedaron plasmadas en los Evangelios.
En la homilía el cardenal recordó a San Juan Bautista, quien anunció «el papel fundamental que desempeñaría Jesús en la redención humana: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”».
El purpurado pidió a la feligresía poner en práctica los preceptos inculcados por Jesús y no ser creyentes contradictorios, sino verdaderos practicantes de los Evangelios: «Hay que entrar en la acción cristiana si no queremos engrosar las filas de los contradictorios creyentes no practicantes. La fe se demuestra con obras, si no, está muerta, no es verdadera fe».
Durante el sermón, el cardenal arzobispo recordó que el Adviento anuncia la llegada del Mesías, y debe servir también para cumplir a cabalidad los preceptos cristianos de ayuda al prójimo y al necesitado.