'Avvenire' se «sorprende» de la vigencia y vitalidad de la obra de Garrigou-Lagrange
Reginald Garrigou-Lagrange (1877-1964)

Garrigou-Lagrange y la alegría del abandono en Dios

'Avvenire' se «sorprende» de la vigencia y vitalidad de la obra de Garrigou-Lagrange

Comentario del diario de los obipos italianos con ocasión de la reedición en italiano de «La providencia y la confianda en Dios Fidelidad y Abandono»

(InfoCatólica) Una noticia en el diario de los obipos italianos, Avvenire, analiza la figura del teólogo y filósofo dominico francés Garrigou-Lagrange y su resistencia a dejarse desaparecer:

Una breve comprobación en Amazon revela una cifra sorprendente en sí misma: actualmente hay en el mercado una quincena de libros, en italiano, del dominico francés Reginald Garrigou-Lagrange (1877-1964), que fue una de las autoridades teológicas de la primera mitad del siglo XX y uno de los nombres más destacados del renacimiento de la filosofía tomista que pidió León XIII con la encíclica Aeterni Patris.

Avvenire dice que «sorprende porque la influencia de Garrigou-Lagrange fue muy grande con las diversas cátedras que ejerció en el Angelicum de Roma desde 1909 hasta su muerte (con él Karol Wojtyla escribió su tesis doctoral sobre san Juan de la Cruz), con su gran producción de ensayos sobre metafísica, teología y espiritualidad, y con la red de relaciones intelectuales que tejió con la élite cultural francesa y más allá, como fue su claro rechazo en los años posteriores al Concilio»

Pero el mismo diario dice que «Garrigou-Lagrange se convirtió de repente en el símbolo de una aproximación a la teología y al propio Santo Tomás que había que derribar [sic] y de una Iglesia 'inquisitorial' -debido también a las polémicas del dominico con los protagonistas de esa Nouvelle théologie que cobró protagonismo con el Concilio- que había que superar».

Sin embargo, continúa el diario, entre los nombres y autores que debían representar la alternativa 'actualizada' a Garrigou-Lagrange, pocos gozan hoy de la vitalidad editorial que él ha redescubierto en las dos últimas décadas, incluso en el mercado francófono y sobre todo en el anglófono. Su último libro publicado en Italia, por Edizioni Studio Domenicano, es Fiducia e abbandono in Dio. Providencia y confianza, publicado en francés en 1932, en italiano al año siguiente y reeditado ahora con una traducción revisada y una nueva edición (en español está la versión de Ediciones Desclée de Brouewer, Buenos Aires, 1945). Se trata de un volumen que pone de relieve la estrecha relación entre las verdades centrales de la fe cristiana y la vida espiritual. Porque, leemos en la introducción, «considerar atentamente y contemplar con amor la existencia de Dios, su providencia, las perfecciones divinas como la sencillez, la bondad, la sabiduría y la misericordia de Dios, son acciones decisivas para orientar nuestra existencia y conducirla hacia la felicidad y la eternidad dichosa».

En el libro, Garrigou-Lagrange da pruebas de esta conexión a lo largo de las más de 300 páginas de su disquisición, combinando vastedad de cultura con una claridad y sencillez de exposición que hicieron y siguen haciendo su fortuna. Por ejemplo, escribe en el capítulo «Dios, bien supremo, y el deseo de felicidad»: «A pesar de las penas a veces opresivas de la vida presente, hemos encontrado la verdadera felicidad o paz, al menos en la cumbre del alma, cuando amamos a Dios sobre todas las cosas, porque la paz es la tranquilidad del orden, y entonces estamos unidos al mismo principio de todo orden y de toda vida [. ...] el Salvador nos dio la paz, no con la acumulación de placeres, riquezas, honores, gloria, poder, sino con la unión con Dios. y nos dio esta paz sólida y duradera hasta tal punto, que puede conservárnosla y nos la conserva, como lo predijo, incluso en medio de las persecuciones.

De nuevo: «Si no podemos conocer la deidad tal como es en sí misma, hemos recibido una participación de ella en la gracia santificante, que es verdaderamente una participación de la naturaleza divina, tal como es en sí misma, y que nos dispone desde ahora a ver a Dios, un día, como él se ve a sí mismo, y a amarlo como él se ama a sí mismo [. ...] Esto hizo decir a Santo Tomás que «el menor grado de gracia santificante que se encuentra en el alma de un pequeño bautizado vale más que todo el universo, vale más que todas las naturalezas creadas, corporales y espirituales juntas».

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13 comentarios

Néstor
Gran maestro, Garrigou - Lagrange. Es lógico, la gente lee, entiende, queda encantada, y se plantea la dramática pregunta: ¿porqué entonces tengo que seguir leyendo a Rahner o algún otro de ésos? Pregunta sin respuesta. En fin.

Saludos cordiales.
15/08/24 7:55 PM
Mn. Jaime Mercant Simó
Grande, Garrigou-Lagrange! Astro gigante del tomismo y de la Iglesia!
Con el tiempo, él seguirá "sorprendiendo" todavía más, porque la Iglesia actualmente está padeciendo un importante debilitamiento de la fe (la que se cree, la que se celebra y la que se vive) y también una pavorosa indigencia intelectual. Ante este panorama horripilante, las verdaderas vocaciones católicas del futuro deberán ser necesariamente "reaccionarias" -para mí este término no es un insulto, sino un honor", y, por ende, acudirán a los grandes maestros de siempre. Dentro de 100 años los seminaristas leerán a Garrigou-Lagrange y los panfletos sinodalistas de hoy habrán caído en las sombras del Érebo del olvido.
15/08/24 8:26 PM
Tomás Salas
Un dato curioso. Nombran cardenal a Daniélou, a de Lubac, a Von Balthazar; pero no a Garrigou-Lagrange ni a Cornelio Fabro.
16/08/24 12:06 AM
gustavo pérez
Era apenas lógico que este portento del tomismo resurgiera como el ave fenix de las cenizas en que pretendieron sumergirlo y aniquilarlo los Rahner y los Schillebecks, ahora olvidados y mandados a recoger. Ahora esta Iglesia que padece la más grande penuria teológica y los mayores escándalos en materia doctrinal, litúrgica y moral durante este desafortunado pontificado reclama la grandeza y la fortaleza teológica que solo estas mentes profundas como Reginald GARRIGOU-LAGRANGE lograron otorgarle en la primera mitad del siglo XX. Loor a su memoria, pero sobre todo a su herencia teológica de la mano del gran Pio XII, Juan Pablo y Benedicto XVI que nunca periclitaron ni cedieron ante el agobio que pretendieron en vano propinarles y que lo siguen haciendo logrando solo el ridículo.
16/08/24 12:15 AM
Federico Ma.
Lógico. La verdad, como decía Komar, es lo que tiene vigencia. Y vaya si la tiene el tomismo, la gloriosa escuela tomista, de la que el gran maestro y astro gigante (tomando los calificativos de otros dos buenos tomistas que han comentado antes) que fue el padre Garrigou-Lagrange es, no cabe duda, uno de sus grandes exponentes, fiel discípulo del Angélico. Cuando está oscuro, los ojos sanos buscan naturalmente la luz. "Lumen Ecclesiae" es santo Tomás y, consecuentemente, todo el auténtico y glorioso tomismo.
16/08/24 2:38 AM
Luis Fernando
De largo el más importante teólogo del siglo XXI. El P. Royo Marín, español y también dominico, se le acercaba.
Hoy no hay nadie, literalmente nadie, de un nivel lejanamente similar.
16/08/24 2:39 AM
Paul en California
Nestor, muy de acuerdo con su comentario. Lo que sucede es que Karl Rahner fue erroneamente promovido junto a Teillhard de Chardin por los modernistas del siglo XX, y terminaron por “encantar” a muchos dentro del clero. Muy lamentable, y yo apostaria que Karl Rahner ( ojo, no su hermano mayor, Hugo, tambien sacerdote ) recibieron mayor difusion en los seminarios que el maestro Garrigou-Lagrange ( que contaba con la admiracion de san Juan Pablo II ). Y me atreveria a especular que los modernistas tambien boicotearon a otro dominico igualmente importante del siglo XX, G. Arintero.

16/08/24 3:51 AM
Pierdomo
De hecho, nunca he hablado con alguien q le haya influido en su vida o conversión esos teólogos modernos citados en los comentarios. A mi me parecen aburridos, pero otros, como Royo Marin, Iraburu, más sencillos, más claros, si q llegan a la gente.
16/08/24 11:45 AM
Pierdomo
Hace poco Juan Manuel de Prada le citaba en una entrevista; Garrigou-Lagrange: «La Iglesia es intransigente por principio, porque cree; es tolerante en la práctica, porque ama. Los enemigos de la Iglesia son tolerantes por principio, porque no creen, e intransigentes en la práctica, porque no aman»
16/08/24 11:48 AM
Jaume
Los dos tomos de Las tres edades de la vida interior tendrían que ser el libro de cabecera de nuestros seminaristas y aún de los seglares y más aún, de los chicos y chicas de hoy. Así se olvidarían de la New Age, del yoga y otros sucedáneos que crean frustración.
16/08/24 12:22 PM
gustavo pérez
Qué alegría, qué gozo desbordado para la Iglesia de hoy sin ningún norte teológico, agobiada por un pontificado no sólo deficitario en materia teológica sino abiertamente contrario al dogma y la doctrina ortodoxa siempre vigente y enseñada en la Iglesia. Recordar a GARRIGOU-LAGRANGE, a ROYO MARÍN y demás epígonos destacados en el dogma cristiano es un orgullo santo que nos lanza lejos en la esperanza de un mejor porvenir una vez pase este invierno al que nos ha llevado FRANCISCO de la mano de los jesuitas, réprobos y decadentes, como lo ha demostrado valientemente uno de los suyos en Uruguay. Pero volver a la ortodoxia es algo esperanzador !
16/08/24 4:35 PM
Martín
Luis Fernando:
Pues en estos días escuche unas conferencias que el P. Royo Marín daba a unas monjitas sobre la "Teología de la Perfección Cristiana" (en Spotify se consiguen fácilmente y creo también en Youtube). Me alegró gratamente escuchar que el P. Royo Marín relataba un encuentro que tuvo en Roma con el P. Garrigou, y le dio la sensación de un hombre que vivía en la contemplación de las verdades eternas. No me acuerdo las palabras exactas, pero esa era la idea.
16/08/24 11:48 PM
Joaquín
La sapienza della Croce, abril-junio de 1996, habla de una carta enviada al Instituto Católico de París por Juan Pablo II con motivo del centenario del nacimiento de Teilhard.

Según La Sapienza Teilhard era definido "como un hombre cautivado por Cristo en lo más profundo de su ser, solicito por honrar a la vez a la fe y a la razón, respondiendo así, casi con anticipación, al llamamiento de Juan Pablo II".
17/08/24 8:35 PM

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