(NCRegister/InfoCatólica) Tras el incendio de la iglesia de Henry y Paula Kones en Orlando, Florida, el año pasado, su pequeña parroquia quedó desolada, pero las secuelas les infundieron un sentimiento de esperanza.
A pesar de que el fuego se concentró en el santuario, incinerando tanto el altar como el tabernáculo, una única Hostia Eucarística, cubierta bajo la ceniza, sobrevivió a las llamas.
La Eucaristía estaba, y sigue estando, en un estuche de cristal llamado luna -utilizado para introducirla en una custodia- que quedó muy chamuscado y ennegrecido por las llamas.
En declaraciones al Register, el matrimonio describió la supervivencia de la Hostia en la iglesia católica de la Encarnación como «asombrosa».
«Siempre que tienes alguna tragedia en la vida, recibes algún grado de consuelo de Dios», dijo Henry, de 59 años. «Y para la parroquia, muchos de nosotros creemos que la Eucaristía superviviente fue la gracia consoladora que obtuvimos».
El párroco de la iglesia, el padre William Holiday, dijo al Register que la Hostia superviviente es una «obra de la extraordinaria providencia de Dios», pero se quedó corto a la hora de calificarlo de milagro.
Un milagro es cuando ocurre algo en lo que no hay explicación natural, dijo el Padre Holiday, y eso no podía concluirse aquí. Añadió que «podría haber todo tipo de explicaciones naturales de por qué [la Eucaristía sobrevivió]».
«Pero es, sin duda, una obra de la extraordinaria providencia de Dios, particularmente en este tiempo en el que estamos tratando de hablar de la renovación eucarística», dijo.
Una parroquia unida
A pesar del incendio -que aún está siendo investigado por las fuerzas del orden- la pérdida del edificio de la iglesia no supone la pérdida de la parroquia, los sacramentos ni la comunidad, dijeron los Koneses.
Henry describió la parroquia como «muy, muy, muy unida», señalando que los feligreses a menudo asisten a los cumpleaños, bautizos y bodas de los demás. La pareja incluso organiza un evento semanal llamado «Catholics Night Out», en el que, tras la misa de vigilia del sábado por la noche, los feligreses cenan juntos.
Sin un edificio físico para la iglesia, esas actividades de culto y sociales han continuado con frecuencia.
Visita del obispo
Cuando el padre Holiday informó a su superior, el obispo Steven Lopes, del Ordinariato de la Cátedra de San Pedro, sobre la hostia que había sobrevivido en la luna, el obispo Lopes sugirió al sacerdote que esperara a abrirla hasta que él llegara a la parroquia, aproximadamente una semana después del incendio, según el padre Holiday.
Cuando el obispo Lopes llegó a la parroquia el 1 de julio de 2023, abrió la luna para examinar la Hostia con el padre Holiday, dijo el sacerdote.
La luna estaba ennegrecida por el fuego, pero la Hostia no. «Había algo de humedad. Se notaba que la humedad se había filtrado, pero la Hostia estaba completamente intacta», dijo el padre Holiday.
«Debido a la evidente intrusión de humedad, ha adquirido un tono más blanquecino/grisáceo, y el cristal de la luna está chamuscado. El negro se acentúa sólo en la custodia», escribió en un correo electrónico.
The Register se puso en contacto con el Ordinariato de la Cátedra de San Pedro para saber si se estaba investigando un posible milagro eucarístico o si se había descartado oficialmente.
No se dio ninguna respuesta
Según un grupo de Facebook de miembros del ordinariato de Savannah (Georgia), el obispo Lopes había emitido un comunicado unos cinco días después del incendio en el que anunciaba esfuerzos de recaudación de fondos para apoyar a la iglesia de la Encarnación.
«A pesar de los daños causados por el incendio en el edificio de la iglesia, la misa se celebró el domingo por la mañana en el vestíbulo con asistencia de pie. Por favor, recen por el P. Holiday, el P. McCrimmon y los fieles de la Encarnación», decía el comunicado.
Reliquia encontrada
Además de la Hostia Eucarística, el padre Holiday descubrió otro de los objetos más sagrados de la iglesia entre los escombros del incendio.
Mientras rebuscaba entre las cenizas y los restos cerca del altar, encontró la reliquia ósea de Santa María Goretti, la primera de la parroquia. La reliquia estaba dentro de un relicario que no se encontró, pero el hueso sobrevivió. Originalmente se encontraba en el retablo detrás del altar.
«Se pudo salvar muy poco», dijo el padre Holiday, «pero fue genial que se salvaran las cosas que eran de suma importancia».
Inmediatamente después de que el padre Holiday descubriera la Eucaristía, cogió la Hostia y la llevó al salón parroquial de su despacho, que está junto a la iglesia.
Limpió la parte superior de una estantería, colocó el Santísimo Sacramento sobre ella y puso una vela a su lado, indicando la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía. «Y allí se quedó durante unas semanas», dijo, añadiendo que su despacho era el lugar más seguro de la propiedad para la Hostia.
El salón parroquial se convirtió en el lugar de culto temporal para la Misa, y los feligreses visitaban el despacho del padre Holiday para adorar la Eucaristía mientras estaba expuesta.
«Entraba en mi despacho, llegaba para trabajar y había como siete u ocho personas arrodilladas delante de la estantería donde estaba el Santísimo Sacramento», dijo.
El padre Holiday elogiaba la piedad de sus feligreses, diciendo que «no podía pedir nada mejor».
Con el tiempo, se instaló un nuevo sagrario en el salón parroquial, y el obispo Lopes dio permiso para reservar el sacramento en ese espacio.
Poco a poco, el salón ha pasado de ser una sala de actos con sillas plegables a una iglesia improvisada con bancos, un sagrario, un altar y un confesionario que fue donado. La adoración eucarística con la misma Hostia y la luna quemada se celebra ahora en el salón.
