(InfoCatólica) El papa Francisco resaltó la riqueza espiritual y la diversidad de las órdenes presentes, cuyos orígenes datan desde el siglo XVI hasta el XX. Subrayó que, a través de su historia, estas comunidades han manifestado la «gracia del rostro de Dios», reflejada en la vida y enseñanzas de Jesús. Citando ejemplos bíblicos, recordó cómo Jesús mostró compasión, justicia y dedicación a los más desfavorecidos.
El Papa animó a los religiosos y religiosas a continuar con el legado de sus fundadores, quienes, impulsados por el Espíritu Santo, escribieron «páginas maravillosas de caridad concreta, valentía, creatividad y profecía». Les instó a seguir buscando y sembrando la belleza de Cristo en las llagas de la historia, escuchando y aprendiendo del amor que motivó a sus predecesores.
La Sencillez como camino
El segundo punto de reflexión fue la sencillez. El Papa Francisco destacó que la verdadera belleza de Dios es sencilla, alejándose de lo superfluo y renunciando a ambiciones, envidias y pretensiones. Enfatizó que la vida consagrada debe centrarse en lo esencial, dejándose formar por el amor de Dios que resplandece en el Evangelio.
Vocaciones
Francisco mostró interés por el número de novicias en las distintas congregaciones, indicando que el futuro de estas depende de nuevas vocaciones. Exhortó a los presentes a rezar por las vocaciones y a cuidar la formación de los nuevos miembros, asegurando que ésta sea sólida y acorde con el carisma de cada comunidad.
El Papa concluyó su discurso agradeciendo el gran bien que las congregaciones realizan en la Iglesia y en el mundo. Les animó a continuar su labor con fe y generosidad e insistió en que rezaran por las vocaciones.
«Recen por las vocaciones. Es necesario que tengan sucesores que continúen el carisma. Recen, recen. Y tengan cuidado en su formación: que sea una buena formación. Los bendigo, rezo por ustedes y les pido, por favor, que recen por mí»