(InfoCatólica) El Nuevo Frente Popular obtuvo 182 escaños en la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia. En segundo lugar quedó Ensemble, partido del presidente Emmanuel Macron, con 168 diputados. Reagrupamiento Nacional, que logró ser la fuerza política más votada en la primera vuelta y aspiraba a lograr o quedarse cerca de la mayoría absoluta, quedó en tercera posición con tan solo 143 escaños. Los Republicanos del expresidente Nicolás Sarkozy, tan solo tendrán 45 diputados en la nueva asamblea. Los 39 restantes diputados son de diversas formaciones minoritarias o independientes.
La realidad es que el sistema electoral francés ha provocado que se de la peculiar circunstancia de que la opción política que, de lejos, tuvo más votos, quede relegada el tercer lugar en el número de diputados en la Asamblea legislativa. El porcentaje de votos fue el siguiente:
Reagrupamiento Nacional: 37,05% de los votos.
Nuevo Frente Popular: 25,81% de los votos.
Ensemble: 24,53% de los votos.
Los Republicanos: 5,41% de los votos.
Es decir, el partido de Marine Le Pen sacó tres millones más de votos que la coalición de izquierdas y el partido del presidente Macron.
El resultado de las elecciones convierte en una tarea muy complicada el formar un gobierno estable. Aunque la izquierda y el partido de Macron se han puesto de acuerdo para parar los pies al partido de Marine Le Pen, sus posturas políticas son incompatibles en materia económica y política exterior. Mélenchon, sin ir más lejos, es contrario a que Francia ayude a Ucrania en la guerra con Rusia y sostiente también una postura muy crítica ante la OTAN y el papel de su país en la organización militar. Es igualmente contrario a muchas de las políticas que se aplican en la Unión Europea.
Por otra parte, el Nuevo Frente Popular es una amalgama de distintas formaciones políticas de izquierda que solo se han unido para lograr un buen resultado electoral. Es una coalición que puede saltar hecha pedazos en cualquier momento, como lo demuestra el hecho de que el primer secretario del Partido Socialista francés, Olivier Faure, ha rechazado que Jean-Luc Mélenchon, el líder del partido de izquierda radical La Francia Insumisa, sea el candidato a primer ministro. Para que se entienda bien lo que supone ese Frente Popular, solo hay que ver que en la próxima asamblea francesa habrá bajo sus siglas un diputado de Bildu, el partido político independentista vasco heredero de ETA.
Estas elecciones han vuelto a demostrar que el partido de Marine Le Pen, la política que convirtió al Frente Nacional de su padre en una formación política alejada completamente de cualquier valor cristiano -p.e, votó a favor de incluir en la Constitución el derecho al aborto y es favorable al matrimonio homosexual-, tiene muy difícil gobernar Francia ya que tiene enfrente a prácticamente todas las demás fuerzas políticas, salvo un sector de Los Republicanos.