(CNAd/infoCatólica) El prelado contó al corresponsal de EWTN, Colm Flynn, cómo la iglesia en el país comenzó a finales del siglo XIX con misioneros europeos que llegaron para sembrar la semilla de la fe.
Con varios proyectos en las áreas de educación, justicia social y promoción humana, la iglesia en Kenia sigue creciendo, y la arquidiócesis de Kisumu ha existido durante aproximadamente 100 años.
«La fe está creciendo en África, en Kenia, muy rápidamente. Tenemos, por ejemplo, una crisis de vocaciones, vocaciones positivas, vocaciones al sacerdocio, tenemos más candidatos de los que tenemos lugares para recibirlos», dijo el arzobispo. Esa es «nuestra crisis. Demasiados. Bueno, no demasiados, pero sí muchos» jóvenes que quieren dedicar su vida para siempre a Dios en el sacerdocio.
Evangelización y desafío de la poligamia en Kenia
«Hoy, la fe en Kenia enfrenta muchos desafíos. Algunos son internos, otros son externos. Las personas, especialmente los jóvenes, se enfrentan cada vez más a lo que sucede en otras partes del mundo», explicó el arzobispo.
En cuanto a los desafíos locales, explicó que la poligamia representa «un desafío serio para el sacramento del matrimonio» y puede «ser un obstáculo para la proclamación del Evangelio».
El arzobispo es hijo de un hombre que tenía dos esposas, siendo su madre la primera. Por lo tanto, comprende mejor esta realidad profundamente arraigada en la cultura keniana, que persigue dos objetivos concretos: tener más hijos para sostener la economía y reducir la mortalidad infantil.
Además, consciente de que la iglesia rechaza la poligamia, el arzobispo ha fundado en la archidiócesis de Kisumu el grupo «Viudas de Santa Mónica» para «mujeres que han perdido a su esposo y que de otra manera serían heredadas por un pariente del difunto».
Mons. Muhatia Makumba señaló que en Kenia «la herencia lamentablemente está asociada a la poligamia. No hay otra forma de verlo. Es un desafío muy serio. Es un problema cultural, pero lo estamos superando poco a poco».
«Algunas son marginadas por sus comunidades», dijo el arzobispo. «Son rechazadas. Algunas pierden todo su patrimonio, no tienen acceso a sus bienes. Otras fueron abandonadas por sus esposos. Otras son muy valientes».
Sobre los hombres polígamos que se convierten al catolicismo, el arzobispo dijo que continúan cuidando de sus hijos, pero «su relación personal con sus esposas cambia. Viven solo con su primera esposa».
Muchas prácticas culturales en Kenia están en contradicción con las enseñanzas de la iglesia católica, pero no son un obstáculo para continuar con la labor de evangelización.