(InfoCatólica) La senilidad de Biden, conocida desde hace tiempo, fue protagonista en el primer debate televisado para las elecciones de noviembre.
Al hablar de la política fiscal, el actual presidente de los EE.UU se lió una y otra vez con las cifras. Luego sufrió un lapsus en el que pareció perder el hilo en una pregunta sobre la deuda pública y dijo una frase sin sentido. Se quedó en blanco con la mirada angustiada y remató la faena diciendo: «Finalmente, derrotamos a Medicare»”, la política sanitaria de la que en realidad se enorgullece. Aparentemente, quiso decir que derrotó a la pandemia por Covid.
Al finalizar el debate todo el mundo fue consciente de que el partido demócrata entregará la presidencia en manos de Trump si sigue mantiendo a Biden como candidato. Dentro del partido son cada vez más numerosas las voces que le piden que se retire, algo a lo que él no parece dispuesto. En su primer mitin tras el desastre televisivo dijo:
«No soy joven, no debato tan bien, pero sé cómo hacer este trabajo»
El último en sumarse a la lista de quienes le piden que se retire ha sido el influyente The New York Times, que en un editorial sentencia:
«Ha sido un presidente admirable. Bajo su liderazgo, la nación ha prosperado y ha comenzado a abordar una serie de desafíos a largo plazo, así como las heridas abiertas por Trump, que gracias a él han comenzado a sanar. Pero el mayor servicio público que Biden puede hacer ahora mismo es anunciar que no seguirá postulándose para la reelección».
Si Biden se retirara, su relevo sería fácil. En caso contrario la cosa se complica porque las reglas del Comité Nacional Demócrata no prevén ningún mecanismo para que los líderes del aparato inicien por sí mismos la Operación reemplazo. Aun así, sería posible. La convención del partido que tendrá lugar en Chigago el 19 de agosto podría ser el escenario para ello. A ella acuden casi 4.000 delegados de todo el país, que en su inmensa mayoría son del presidente. Tradicionalmente se da por hecho que esos delegados apoyarán al candidato mayoritario, pero no tienen obligación de hacerlo. Si más de la mitad votara contra Biden, se entraría en lo que se conoce como «convención abierta», en la que se eligiría un nuevo candidato sobre la marcha.
La última vez que algo así sucedió fue en 1968, cuando Lyndon Johnson, cuya popularidad estaba desplomada por el desastre de la guerra de Vietnam, anunció que no iba a presentarse a la reelección. La convención eligió como candidato a Hubert Humphrey que fue derrotado por Richard Nixon.
Posibles candidatos
Entre los posibles candidatos a presentarse a las elecciones de noviembre si Biden no lo hace, figuran la actual vicepresidente, Kamala Harris, que tiene el dudoso honor de ser la persona que ha ocupado ese puesto con menor aceptación popular en la historia reciente de los EE.UU.
Otros posibles aspirantes a la presidencia son los gobernadores de California, Gavin Newsom; Míchigan, Gretchen Whitmer; Illinois, J. B. Pritzker; Maryland, Wes Moore; o Pensilvania, Josh Shapiro. Todos han dicho que no aspiran llegar al Despacho Oval, pero la situación ha cambiado y pueden cambiar de opinión. Newsom y Whitmer (que sería la primera presidente en caso de ganar) son los mejor colocados.
¿Puede seguir siendo presidente?
Por otra parte, una retirada de Biden podría tener como primera consecuencia que los republicanos cuestionen en la Cámara de Representantes y el Senado su capacidad para seguir siendo presidente hasta enero.