(La Nef/Infocatólica) En su discurso, el cardenal Sarah comenzó recordando las palabras de Benedicto XVI sobre la misión fundamental de las universidades:
«La vocación originaria de la universidad es la búsqueda de la verdad, de toda la verdad de nuestro ser. Con su obediencia a la verdad y a las exigencias de su conocimiento, la universidad se convierte en una escuela de humanidad».
Sarah destacó que la búsqueda de la verdad es esencial y es la base de toda cultura sólida. Resaltó que la búsqueda de la verdad es un principio central para la Escuela Teológica San Cipriano, cuyo lema es «Al servicio de la Verdad y la Justicia».
El purpurado citó al papa alemán, enfatizando que «sin estar orientada hacia la verdad, sin una actitud de humilde y valiente búsqueda de la verdad, toda cultura se desintegra, cae en el relativismo y se pierde en lo efímero». Subrayó que la objetividad de la verdad es fundamental para establecer un orden justo y proteger a las personas contra el egoísmo y la violencia.
El carderna señaló la importancia de la verdad en la promoción de la justicia y la unidad entre los seres humanos. Comentó que la verdad es el único bien común que puede unir a las personas y prevenir conflictos. También mencionó que Benedicto XVI, al haber vivido la experiencia del régimen nazi en su juventud, comprendía profundamente las consecuencias de sustituir el amor por la verdad con la duda y la ideología.
Afrontando los desafíos contemporáneos, el Prefecto emérito de Culto Divino instó a los estudiantes a no dejarse influenciar por las ideologías relativistas que, según él, son promovidas por Occidente. Destacó la necesidad de que las universidades africanas mantengan su compromiso con la búsqueda de la verdad y no cedan a presiones externas que puedan desviar este objetivo.
Sarah recordó un discurso de Benedicto XVI a embajadores africanos en 2012, en el que afirmaba que educar en la verdad es esencial para el futuro de la humanidad:
«Decir la verdad se ha vuelto sospechoso, querer vivir en la verdad parece anticuado, y promoverla parece un esfuerzo vano. Sin embargo, el futuro de la humanidad también depende de la relación de los niños y los jóvenes con la verdad: la verdad sobre el hombre, la verdad sobre la creación, la verdad sobre las instituciones»
El cardenal africano también habló sobre la importancia de mantener la fe y la cultura unidas, sugiriendo que la búsqueda de Dios es el corazón de la cultura. Destacó que la fe no se opone al conocimiento científico, sino que lo complementa y guía hacia un desarrollo auténtico. En este contexto, exhortó a los estudiantes a no avergonzarse de ser guiados por la luz de Cristo en sus estudios y trabajos intelectuales.
Sarah concluyó su discurso recordando las palabras de San Juan Pablo II:
«No tengáis miedo de acoger a Cristo y aceptar su poder. Ayudad al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo y, con el poder de Cristo, servir al hombre y a toda la humanidad. No tengáis miedo. Abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo».