(InfoCatólica) El ministro no ha podido ser más claro en la entrevista concecida a El País:
Si fuera por nosotros, hubiésemos avanzado más en las exhumaciones en el Valle de Cuelgamuros, ya no estarían allí los monjes benedictinos ..., pero ha habido muchas citas electorales. Ahora hemos puesto velocidad de crucero.
A la pregunta de si hay alguna posibilidad de que los benedictinos se queden en el Valle, responde:
Queremos que se vayan. Estamos hablando con ellos y con las autoridades eclesiásticas. Debe ser un centro laico que sirva para explicar la guerra y lo que vino después. No cabe que se queden.
Y añade:
No quieren irse, hay cierta resistencia, pero también la hubo para exhumar los restos de Francisco Franco y al final la justicia lo avaló.
El ministro, al que pone «los pelos de punta» el hecho de que los jóvenes españoles no estén adoctrinados por el gobierno en materia de interpretación de los hechos históricos acontencidos en España durante la II República, la Guerra Civil y el régimen franquista, parece desconocer el hecho de que el Valle hay una basílica y por tanto, solo la Iglesia, y no ningún gobierno, puede desacralizar el templo para convertirlo en un centro laico. Además, el papa Pío XII emitió el 27 de mayo de 1958 el breve pontificio Stat Crux, caso único en el siglo xx con respecto a la Orden de San Benito, por el cual se disponía todo lo oportuno para la erección inmediata del monasterio en abadía. Es decir, ni el arzobispo de Madrid ni la Conferencia Episcopal Española pueden decidir nada sobre el destino de la comunidad benedictina del Valle.
Aun así, no cabe desacartar que Pedro Sánchez quiera pasar a la historia no solo como el que profanó la tumba de Francisco Franco, algo de lo que presume, sino como el presidente que encendió de nuevo la mecha de la persecución contra la Iglesia en España, o como el presidente del país europeo que sigue los pasos del turco Recep Tayyip Erdogán, dedicando basílicas a un uso diferente para el que fueron edificadas.