(InfoCatólica) Mons. Davies insta en su artículo a los fieles y a todas las personas de buena voluntad a contactar urgentemente con sus diputados del Parlamento para oponerse a las enmiendas propuestas por las parlamentarias Dame Diana Johnson y Stella Creasy. Según el prelado, estas enmiendas representan «la mayor amenaza para los no nacidos y sus madres desde la Ley del Aborto de 1967».
Mons. Davies subraya la importancia de este llamado a la acción en vísperas del debate parlamentario programado para el 15 de mayo, destacando que tanto el niño no nacido como la madre embarazada merecen «plena protección bajo nuestras leyes como algunos de los más vulnerables en la sociedad».
Alternativas Propuestas
El obispo también menciona dos enmiendas alternativas al mismo proyecto de ley que pueden ser apoyadas por los parlamentarios. La primera, presentada por Sir Liam Fox, busca poner fin al aborto hasta el nacimiento para bebés con síndrome de Down. La segunda, propuesta por Caroline Ansell, pretende reducir el límite de tiempo del aborto de 24 a 22 semanas. Davies considera estas medidas como intentos de fortalecer unos fundamentos ya «severamente debilitados».
Contexto
El prelado británico lamenta la creciente fatiga en la causa provida, exacerbada por propuestas continuas a lo largo del último medio siglo que intentan socavar las leyes basadas en la herencia cristiana del país. Asimismo, señala una «dulling of consciences» (un embotamiento de las conciencias) que dificulta el debate público sobre el valor de la vida del no nacido.
El obispo destaca la coincidencia de las campañas a favor de la eutanasia y del aborto sin restricciones con momentos significativos del calendario cristiano. Recuerda los esfuerzos renovados del lobby de la eutanasia poco antes de Navidad y ahora, la actual amenaza a los no nacidos al final de la Pascua. Citando al Papa San Juan Pablo II, Davies afirma que «el rechazo de la vida humana es el rechazo de Cristo».
Llamado a la Acción
En su artículo, el obispo de Shrewsbury exhorta a los cristianos a no cansarse en la lucha por la defensa de la sacralidad de la vida humana, recordando que las grandes celebraciones cristianas como la Navidad y la Pascua proclaman la verdad eterna del valor de cada vida humana.
Finalmente, al invitarles a alzar sus voces y contactar a los parlamentarios antes de Pentecostés, Davies afirma que no solo se trata de oponerse a una medida parlamentaria peligrosa, sino de dar testimonio de la necesidad de respetar, proteger, amar y servir a toda vida humana a la luz del Evangelio.
Monseñor Davies concluye enfatizando que este es el llamado incansable del siglo XXI: dar testimonio del precioso valor de cada vida humana en la luz de Aquel que fue concebido, nació, murió y resucitó por nosotros.