(DiócesisDeJerez/InfoCatólica) El pasado viernes 15 de marzo, el Monasterio de la Cartuja fue el centro de acogida para una misa especial de gratitud y despedida en honor a los 22 años de dedicación de las Hermanas de Belén.
En la presente jornada, la comunidad de Asidonia-Jerez se ha congregado en el Monasterio de la Cartuja de Jerez para expresar su gratitud hacia Dios por la dedicación de las Hermanas de Belén a lo largo de 22 años.
Tras un emotivo realizado el día jueves, donde las Hermanas compartieron su carisma y testimonio, la celebración de la Eucaristía resultó igualmente significativa. Una gran cantidad de fieles, junto con sacerdotes, diáconos y miembros de la Vida Consagrada, han llenado por completo el atrio de la Iglesia para unirse a las Hermanas de Belén en esta oportunidad de expresar su agradecimiento de forma compartida.
La celebración fue presidida por el pastor de la diócesis, el monseñor José Rico Pavés, quien ofreció una profunda reflexión en su homilía centrándose en un pasaje sobre la discordia en torno al linaje del Mesías, quien vendrá de Belén, el pueblo de David.
El su discurso, el obispo destacó el contraste entre las discusiones externas y la humildad interna de Jesús mientras se acerca a la crucifixión. Hizo hincapié en la importancia de leer la Escritura tanto en su sentido histórico como espiritual, para entender cómo los acontecimientos externos nos guían hacia la comprensión interna de la Palabra de Dios.
Además, agradeció la presencia y el carisma monástico de las Hermanas de Belén en la Diócesis durante todos sus años de servicio, invitando a la comunidad a reflexionar sobre el legado espiritual que han dejado y trabajar por la continuidad de su obra en la región.
Finalmente, concluyó con una oración para que el fruto de la labor de las Hermanas de Belén siga prosperando en la Diócesis, siempre bajo la guía y la protección de la Madre Santísima.
Tras la misa, se llevó a cabo un sencillo convivio para compartir entre los asistentes y las Hermanas de Belén.
Las monjas de la congregación anunciaron su despedida hace unos meses en una carta en la que explicaron que la soledad y el silencio que buscan en su vida «se ven perturbados cada vez más» por «la proximidad y el ruido de las carreteras, el paso frecuente de aviones y un entorno del monasterio cada vez más poblado».