(InfoCatólica) En el comunicado, se asegura que«la RAE es conocedora de esos textos, así como de otros similares elaborados en los últimos años por diversas instituciones. La razón principal por la que desea expresar su opinión sobre los acuerdos de la Mesa del Congreso del 5 de diciembre de 2023 es el hecho de que se afirma expresamente en ellos que se han elaborado teniendo en cuenta «las reglas gramaticales vigentes y las recomendaciones contenidas en el «Informe sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas» publicado por la Real Academia Española el 16 de enero de 2020».
Y añade:
Los destinatarios del texto que ahora comentamos podrían pensar, de manera equivocada, que las recomendaciones de la Mesa del Congreso concuerdan totalmente con la postura de la RAE sobre estas cuestiones o comparten los criterios de esta institución sobre dichos asuntos.
La RAE advierte que «el punto más conflictivo es la interpretación del llamado «masculino inclusivo», sobre el que persisten discrepancias fundamentales. El texto de la Mesa del Congreso dedica varias páginas a presentar diversas formas de sustituirlo, si bien concluye esa extensa relación —de manera quizá un tanto paradójica— aduciendo que debe evitarse «un uso excesivo» de este recurso».
Tras poner algunos ejemplos, indican que «carece de sentido analizarlos uno por uno e ir explicando qué pierden exactamente los hablantes al aplicar las fórmulas sustitutorias que se sugieren para evitar el uso del masculino inclusivo».
La Real Academia explica porqué la igualdad entre hombres y mujeres no se logra pervirtiendo el idioma:
«La RAE ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones que comparte por completo la convicción de que las mujeres y los hombres han de poseer los mismos derechos y los mismos deberes en las sociedades democráticas, y es igualmente consciente de que todavía no se ha alcanzado plenamente dicha equiparación entre nosotros. Entiende, a la vez, que no se avanza hacia la consecución de tales logros modificando arbitrariamente opciones morfológicas, sintácticas y léxicas que el español comparte con muchas lenguas, sean románicas o no. La RAE ha recordado en sus documentos que las sociedades en las que se hablan lenguas que organizan de otra forma las propiedades morfológicas del género, así como las relaciones de concordancia, no son necesariamente más democráticas que la nuestra. Hemos argumentado en múltiples ocasiones que el género masculino es inclusivo (en español y en otras muchas lenguas) en un gran número de contextos, y hemos explicado también con detalle que el hecho de que no lo sea en algunos casos no debe llevar a la absurda conclusión de que no lo es nunca».
Y concluye:
«Es más que evidente que cada uno puede expresarse con las fórmulas lingüísticas que libremente elija. En cualquier caso, la RAE ha defendido en sus documentos que no son sexistas muchos usos gramaticales y léxicos del español que las autoridades presentan como tales. Ha sostenido asimismo que no se apoya la igualdad de los hombres y las mujeres de nuestro país pidiendo a los ciudadanos (sean parlamentarios o no) que hagan constantes equilibrios sintácticos, morfológicos y léxicos para evitar opciones lingüísticas que pertenecen a su forma natural de expresarse. La RAE ha manifestado también que no se avanza en la consecución de la igualdad democrática de hombres y mujeres forzando de manera artificial la gramática y el léxico de la lengua española, sino arbitrando medidas legislativas que conduzcan a la equiparación de derechos, mejorando la educación que nuestros jóvenes reciben en la escuela y trabajando de otras muchas formas por una sociedad que refleje de manera efectiva todos esos valores».