(CH/InfoCatólica) La Conferencia Episcopal de los Países Bajos han desautorizado las bendiciones u oraciones para parejas que pudieran interpretarse como aprobación de estilos de vida en contradicción con la enseñanza moral de la Iglesia Católica.
En cambio, los obispos recomiendan que se ofrezcan oraciones por individuos que estén en tales relaciones, invocando la asistencia de Dios en discernir Su voluntad para la persona de manera individual.
«Los obispos neerlandeses no desean privar a nadie del apoyo y el poder de Dios», dice el texto. Y añade:
«Es posible decir una oración sobre creyentes individuales que viven en una relación irregular.
Lo que se pide en la oración y cómo se ora son importantes. Para alguien que vive en una relación irregular o homosexual, el ministro ordenado puede decir una simple oración fuera del contexto de una celebración de bodas o de oración. En esta oración, se puede pedir a Dios fuerza y ayuda, invocando su Espíritu, para que comprenda la voluntad de Dios para su vida y pueda seguir creciendo».
El comunicado, por último, afirma:
«Esto deja claro en las palabras elegidas que no es una bendición o confirmación de una relación irregular y también evita la confusión con un matrimonio que, según la Iglesia Católica, solo puede ser celebrado entre un hombre y una mujer. De esta manera, la oración puede dar el poder de acercarse a Dios y vivir de acuerdo con sus propósitos para la creación del hombre y la mujer y del matrimonio».
Oposición rotunda a la bendición de parejas homosexuales
La postura de la Conferencia Episcopal de los Países Bajos sigue en buena medida la senda marcada por el cardenal William Eij, arzobispo de Utrech, que en septiembre del 2022 pidió a la Santa Sede que prohibiera a los obispos flamencos la bendición de parejas del mismo sexo.
El purpurado dijo entonces:
«La declaración de los obispos flamencos, en la que permiten la bendición de las parejas del mismo sexo y además proporcionan un modelo litúrgico para ello, encuentra objeciones éticas intrínsecas, contradice radicalmente una reciente sentencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y conlleva el riesgo de que pueda conducir a los católicos a opiniones sobre la moralidad de las relaciones entre personas del mismo sexo que son contrarias a la enseñanza de la Iglesia».