(LifeSiteNews/InfoCatólica) A pesar de los contratiempos, el movimiento provida de Sudamérica sigue cosechando importantes victorias en su batalla por implantar y reforzar leyes que protejan del aborto a los niños nacidos antes de nacer.
Perú, por ejemplo, ha sido criticado recientemente por sus leyes provida. «Open Democracy» publicó el mes pasado un informe titulado «Cómo las feministas peruanas arriesgan su seguridad para ayudar a las mujeres a acceder al aborto», en el que se afirmaba que «la prohibición casi total del aborto en el país está obligando a mujeres y niñas a recurrir al mercado negro para abortar».
Esta línea de propaganda - que si el aborto es ilegal, las mujeres morirán - es potente, pero ha sido desacreditada, más recientemente por el Dr. Calum Miller, que publicó un informe en National Review en enero observando que: «Legalizar el aborto no evita que las mujeres mueran a causa de él».
Sin embargo, Perú está dando nuevos pasos para proteger a los niños antes de nacer. El 9 de noviembre, el Congreso peruano aprobó la Ley nº 785, que determina que la vida comienza en la concepción y reconoce al niño en el vientre materno como protegido por la ley. Como señala un informe, el gobierno ha establecido que «el niño, tanto nacido como por nacer, tiene identidad propia, incluyendo una identidad genética única e irrepetible y una personalidad independiente de su madre».
La ley no deroga el artículo 119 del Código Penal, que permite el aborto en caso de riesgo para la vida de la madre, pero sí establece que «todo niño antes de nacer tiene derecho a la dignidad, a la vida y a la integridad como cualquier ser humano». La ley fue presentada por la diputada Milagros Aguayo, del partido conservador Renovación Popular, hace dos años, y aprobada el pasado abril.
Tras varios cambios por parte del Ejecutivo, la Ley 785, también denominada «Ley que Reconoce Derechos al Concebido», fue aprobada por un margen de 72 votos a favor, 26 en contra y 6 abstenciones. Al igual que la ley «Escudo contra el aborto» de Honduras, la ley no consagra nuevos derechos, sino que refuerza el régimen provida de Perú frente a los ataques de los activistas abortistas.
«El objetivo de esta ley es contar con una norma que reconozca clara y expresamente los derechos constitucionalmente otorgados a los concebidos, tal como lo establece el artículo 2 de nuestra Carta Magna, comenzando por el reconocimiento del derecho a la vida, del cual se desprenden todos los demás derechos», señalaron portavoces del Congreso peruano en un comunicado.
Los responsables políticos provida de muchos países han reconocido que, tras las victorias a favor del aborto en países como México y Argentina, es esencial garantizar que las leyes provida sean lo suficientemente sólidas como para frenar las maquinaciones tanto de los tribunales como de los políticos progresistas. (En Argentina, sin embargo, acaba de ser elegido un presidente acérrimamente antiabortista, Javier Milei, que ha indicado que podría plantearse un referéndum sobre el aborto para reconsiderar la legalización).
Los activistas abortistas suponían que, después de Argentina, las fichas de dominó empezarían a caer por todo el continente. En lugar de ello, muchos países han adoptado precisamente el enfoque contrario, como Perú, Honduras, El Salvador, Guatemala y la República Dominicana, entre otros.
