(ACIPrensa/InfoCatólica) Dentro del contexto de las resoluciones de la Corte Constitucional del país en relación con el aborto por violación, el mons. Luis Gerardo Cabrera, líder de la arquidiócesis de Guayaquil en Ecuador, señaló que cualquier persona que esté involucrada, de manera directa o indirecta, en un aborto voluntario se autoexcomulga de la Iglesia Católica.
El prelado reafirmó esta posición en una declaración compartida el 27 de diciembre y enviada a ACI Prensa el 4 de enero. En esta correspondencia, realizó algunas aclaraciones tras una entrevista concedida al diario El Universo, la cual fue publicada el 25 de diciembre.
En la explicación, el arzobispo aclara que accedió a la entrevista con el medio ecuatoriano «a título personal, no como presidente de la CEE» (Conferencia Episcopal Ecuatoriana). Mons. Cabrera hizo esta distinción después de que ciertos medios difundieran «la noticia que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana habría excomulgado a los miembros de la Corte Constitucional».
Durante la entrevista, el prelado destacó que los jueces de la Corte Constitucional, quienes respaldaron la legalización del aborto por violación en 2021 y tomaron decisiones adicionales para ampliar la medida en 2022 y 2023, «ya están excomulgados. ¿Qué es excomulgar? Es salirse de la comunión de la Iglesia».
«Entonces, participar directamente de un aborto es quedar fuera de la comunión. ¿Por qué? Porque es un crimen. Pero claro, con toda esa avalancha de teorías e ideologías sobre derechos que han ido anestesiando, amordazando la conciencia de la gente, piensan que no pasa nada. Pero es un pecado grave, muy grave, porque es quitar la vida, es truncar la existencia de un ser humano», añadió.
Asimismo, continuó explicando: «¿Quién excomulga? Las personas que se apartan de los principios éticos y espirituales de la Iglesia Católica se autoexcomulgan; con lo cual, sin dejar de ser miembros de esta, se separan de la vida sacramental».
Además, hace recordar que «el aborto voluntario es un delito grave y un pecado. Esta posición se basa en argumentos médicos, jurídicos, éticos y espirituales. En este sentido, se reconoce y defiende la vida en todas sus etapas desde la concepción hasta su muerte natural».
Y destaca que la Iglesia Católica en Ecuador advirtió a su debido momento que «la Corte Constitucional, al suspender las pruebas médicas o jurídicas, para despenalizar el aborto por violación, dejaba a los violadores en la impunidad y a las víctimas en la indefensión frente a otros abusos sistemáticos».
«Desde esta posición, quien participa, directa o indirectamente, en un aborto voluntario se automargina o se autoexcomulga de los principios de la Iglesia», agrega.
Para cerrar el tema, el arzobispo señala que «la excomunión es una pena curativa que se aplica exclusivamente a los miembros de la Iglesia católica que cometen delitos o pecados graves con el fin de que los reconozcan y cambien de conducta. La excomunión, por lo tanto, no se aplica a las instituciones religiosas y menos aún a las civiles».