(Kath.net/InfoCatólica) Estas mujeres rezarán fielmente la Liturgia de las Horas y se implicarán aún más en la vida de sus respectivas parroquias. Como signo externo de la viudez consagrada, el obispo Andrzej entregó a cada una de las damas una cruz y un libro con la Liturgia de las Horas. En el rito de consagración, se les dice a las mujeres:
«Acoge ahora la sincera oferta de nuestra hermana, quien con alegría y en plena libertad ha acogido tu llamada. Santifícala con tu gracia y con la potencia de tu bendición, dale estabilidad y perseverancia a su propósito».
San Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica ‘Vita Consecrata' también se refiere a este estado de vida:
«Hoy vuelve a practicarse también la consagración de las viudas, que se remonta a los tiempos apostólicos, así como la de los viudos. Estas personas, mediante el voto de castidad perpetua como signo del Reino de Dios, consagran su condición para dedicarse a la oración y al servicio de la Iglesia».