(Vatiican.news/InfoCatólica) En relación a lo que está ocurriendo en Gaza, con intervenciones del ejército israelí en los hospitales palestinos, el cardenal ha asegurado que cabe una «condena total» a dicha práctica:
«El respeto a los hospitales y lugares de culto es un aspecto fundamental del derecho internacional humanitario. No hay ninguna razón para utilizar los hospitales para ninguna acción de guerra».
Reiterando que desde la Secretaría de Estado están «trabajando» en un posible encuentro entre el Papa y las familias de los rehenes («esperamos poder realizarlo lo antes posible»), el cardenal expresó a continuación la esperanza -como tantas otras veces ha hecho Francisco- de que «conduzca a la liberación» de los hombres, mujeres y niños israelíes que siguen en manos de Hamás. «Creemos que la liberación de los rehenes es uno de los puntos fundamentales de la solución del problema actual, del aspecto humanitario, de los que están allí: mujeres, hombres, niños, bebés, mujeres embarazadas». El otro punto fundamental destacado por el secretario de Estado es el «alto el fuego» y, junto a ello, «la llegada de ayuda, la atención a los heridos». Estos son «los dos 'fuegos' principales en torno a los cuales debe girar la solución del problema», dijo Parolin.
Preocupación por la comunidad cristiana de Gaza
A continuación, hizo suyas las palabras pronunciadas ayer por el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, a los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana reunidos en Asís con motivo de la Asamblea General Extraordinaria, en la que intervino a través de videoconferencia. En particular, Parolin compartió con Pizzaballa su preocupación por la comunidad cristiana de Gaza «que es una comunidad pequeña, muy pequeña, de 150 personas», ahora refugiada «en el recinto de la Iglesia, donde ya había muchas otras personas».
«Esta preocupación se extiende a todos, porque el corazón de la Iglesia no puede cerrarse a los demás», dijo el cardenal, subrayando «la apertura de estos espacios a quienes querían utilizarlos y la petición de atención y cuidado para todos». «Hay atención para todos», remarcó: «El dolor nos une, ante el dolor no hay distinción».
El cardenal también explicó que se había «señalado» que actualmente «hay personas en la Iglesia». «Hemos recibido seguridades, pero como usted bien sabe, la guerra no hace distinciones. Hasta aquí llego y allí me detengo... La cuestión es un alto el fuego completo».
Posible éxodo de cristianos
Y también es un problema la perspectiva de que el conflicto en curso «contribuya a continuar y quizá a aumentar el éxodo de cristianos, que es una realidad dramática en Tierra Santa y en todo Oriente Medio», donde el conflicto ha sido siempre una de las «razones fundamentales del éxodo de cristianos», empujados por la violencia «a marcharse para encontrar seguridad y paz en otros lugares».
Mientras tanto, continúan los intentos diplomáticos: «Me parece que Egipto y Qatar están haciendo algo». Pero también como Santa Sede «estamos en contacto -no hay mediación directa- con diversos interlocutores para intentar echar una mano y favorecer una solución al problema».
Pocas perspectivas de solución en Ucrania
Siguiendo con el tema de la guerra, sus palabras se dirigieron a Ucrania, sobre la que -señalaron los periodistas- «cada vez se habla menos». «Eso depende de ustedes», respondió Parolin. «Son ustedes los que prestan atención a un conflicto y no al otro. En cambio, todos estos conflictos deberían estar presentes, especialmente el de Ucrania, porque es un conflicto muy, muy sangriento.»
El Secretario de Estado se mostró «consternado» y «profundamente entristecido» por «todas las víctimas en ambos bandos». También en Ucrania, subrayó, «no vemos grandes perspectivas de solución, pero desgraciadamente también allí debemos encontrar una salida a esta tragedia».
¿Nueva Conferencia de Helsinki?
De ahí la esperanza -expresada en repetidas ocasiones, por el Papa Francisco pero también por el propio Parolin aquí mismo, en el Palacio Borromeo, hace aproximadamente un año- de una nueva Conferencia de Helsinki, en la estela del evento de 1975 que puso fin a la Guerra Fría. «Esperemos, esperemos», exclamó el cardenal. «Una señal positiva -añadió - se produjo ayer con el encuentro entre Biden y Xi en San Francisco». Para Parolin se trata ciertamente de «un paso adelante en las relaciones entre Estados Unidos y China, han dicho que no se pueden dar la espalda. En este caso, me parece que se trata de un progreso en una situación de tensión general».
«Ciertamente», señaló el Secretario de Estado, «si hay voluntad por parte de todos, podríamos realmente llegar a convocar una conferencia internacional para retomar lo que fue el espíritu de Helsinki». Antes, sin embargo, es necesario «recuperar un mínimo de confianza mutua, esto es también lo que falta hoy. No nos aceptamos, desconfiamos e incluso somos hostiles...». Helsinki, en cambio, «nació precisamente de la convicción de que podíamos hacer algo juntos, de que podíamos progresar». Desde este punto de vista, el cardenal es optimista: «Siempre hablamos de cosas negativas, muchas, demasiadas», pero «también hay algunos signos de esperanza. Esperemos que esto se consolide».