(KathPress/InfoCatólica) El trágico fallecimiento del arzobispo François Bacqué tuvo lugar el jueves pasado a causa de un fallo cardíaco en una pintoresca calle del centro histórico de Roma. A pesar de la pronta llegada de una ambulancia al sitio, el fallo cardíaco continuó su curso inevitable. Desafortunadamente, los esfuerzos del equipo médico resultaron infructuosos, y la ambulancia se retiró del lugar sin haber logrado revertir la situación, dejando el cuerpo sin vida del ilustre hombre de 87 años cubierto con una improvisada lona.
Durante un lapso de aproximadamente tres horas, el cuerpo del arzobispo yacía en el frío asfalto, específicamente cerca del Senado romano, mientras tanto, la escena atraía la atención de turistas y estudiantes que transitaban la zona. Este inusual suceso fue documentado por los medios de comunicación italianos, quienes informaron que un grupo de compasivas monjas que pasaban por el lugar organizaron espontáneamente un velatorio, brindando un toque de solemnidad en medio del bullicio circundante.
Mientras tanto, curiosos transeúntes se detuvieron para observar la escena, algunos incluso optaron por capturar el momento con sus cámaras. La presencia de estos espectadores motivó la intervención policial en varias ocasiones para garantizar el respeto debido al difunto arzobispo. Este trágico incidente quedará marcado en la memoria de quienes presenciaron este inusual velatorio callejero en el corazón de la Ciudad Eterna.