(EP/InfoCatólica) Con respecto a los profesores, aunque más del 60 por ciento de las personas encuestadas afirma que hoy están "más preparados" y "mejor formados" que hace algunos años, el 74,4 por ciento está de acuerdo en que han perdido autoridad. En contrapartida, el 83 por ciento afirma que los medios materiales relacionados con la enseñanza, desde libros hasta ordenadores y pizarras digitales, son en la actualidad sensiblemente mejores que antes.
Por otra parte, los problemas sociales son percibidos con preocupación en las aulas, ya que el 85,6 por ciento de los padres considera que en la actualidad hay más violencia que antes y el 72,6 por ciento opina que la droga es "más común" en las escuelas. Además, el 82,6 por ciento de los sondeados percibe que la obesidad es ahora "más patente" entre los jóvenes que hace diez años.
Para el director de investigación de GAD, Gonzalo González, "el estudio confirma que son los propios padres los que reclaman el refuerzo de la autoridad del profesor, al tiempo que reconocen que la implicación en la Educación de sus hijos es cada vez menor". Así, insiste en que el problema radica en la necesidad "imperiosa" de una conjunción entre la familia y el colegio que refuerce las normas de disciplina y para acabe con la delincuencia en las aulas.
Prohibir el móvil, medida popular
En relación a las posibles mejoras del sistema, la prohibición del uso de teléfonos móviles en las aulas y durante las clases, cuenta con el apoyo del 92,6 por ciento de los encuestados. Por su parte, el tratamiento de 'usted' en la relación profesor-alumnos es bien acogido por un 61,5 por ciento de los padres. Sin embargo, la vuelta a las tarimas y los uniformes "no son tan populares" (42 por ciento y el 34,4 por ciento de apoyo, respectivamente).
En el ámbito académico, más del 90 por ciento se muestra reacio a que los alumnos de Bachillerato puedan pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas. Igualmente, son mayoría quienes están de acuerdo con el aumento de las asignaturas impartidas en Inglés. Respecto a las horas lectivas, si bien el 54 por ciento declara que sus hijos tienen una jornada escolar de mañana y tarde, el 67,7 por ciento preferiría que ésta fuese "intensiva".