(Aica/InfoCatólica) El cardenal Timothy M. Dolan, Arzobispo de Nueva York y líder del Comité de Libertad Religiosa de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), condenó enérgicamente el aumento de actos violentos motivados por el odio religioso en los Estados Unidos, que se intensificaron después del ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre pasado.
El cardenal Dolan, al comentar sobre el trágico asesinato en el sur de Chicago del niño palestino de 6 años, Wadea Al-Fayoume, perpetrado por Joseph Czuba, señaló: «Es muy desalentador saber que el hombre acusado de matar a un niño musulmán de 6 años en Chicago se identifique como católico. Nada puede ser más antitético respecto de las enseñanzas de nuestra Iglesia que el crimen cometido por ese hombre».
El cardenal Dolan agregó que, frente a este tipo de violencia motivada por el odio religioso, es imperativo afirmar los principios fundamentales de nuestra fe. Concluyó el prelado: «Cada vida humana posee un valor incalculable, y odiar al prójimo es un grave pecado contra Dios, que nos creó a su imagen y semejanza; la violencia solo engendra más violencia y no justicia».
Frente a esta terrible tragedia, el 1 de noviembre, la vicepresidenta Kamala Harris emitió una fuerte condena al crimen y anunció la introducción de una Estrategia Nacional destinada a combatir la discriminación y el odio dirigido hacia la comunidad musulmana en los Estados Unidos.
«Como resultado del ataque terrorista de Hamás en Israel y de la crisis humanitaria en Gaza, hemos visto un repunte en los incidentes antipalestinos, antiárabes, antisemitas e islamófobos en todo Estados Unidos, incluyendo el ataque brutal contra una mujer palestina americana musulmana y el asesinato de su hijo de 6 años».
La vicepresidenta Harris destacó que estos incidentes han generado un temor generalizado en la población, ya que las personas sienten que podrían ser blanco de ataques debido a su origen étnico, su religión o su apariencia física.
En respuesta a esta preocupación, Harris enfatizó: «Estos actos, añadió Harris, han suscitado en la gente la aprensión de que pueden ser atacados simplemente por su perfil racial, su religión o su aspecto. Ante esto, Harris precisó: “El presidente Joe Biden y yo tenemos el deber, no solamente de mantener a salvo al pueblo de nuestra nación, sino de condenar inequívoca y enérgicamente todas las formas de odio. Nuestra nación se fundó sobre el principio básico de que todas las personas deben tener la libertad para vivir y profesar su fe sin temor de sufrir violencia o persecución. Toda persona tiene derecho a vivir libre de violencia, odio e intolerancia».