(Abc/InfoCatólica) «El fajín está ahí, muy deteriorado y ya no se le pone a la Virgen. Pero seguían insistiendo con el fajín de Queipo», aseguró Cárdnes, quien precisó que «fueron correos muy desagradables, con amenazas de atentados. Uno de los últimos se recibió el Viernes de Dolores e incluso a mí me amenazaban de muerte si sacaba a la Virgen de la Esperanza».
Los correos venían «algunos con DNI y otros sin él», por lo que la hermandad estuvo en contacto con la Policía y la Guardia Civil. «Se revisaban todos. Y había algunos —abunda el hermano mayor—, que eran veraces y otros que estaban localizados».
Ello hizo que Ruiz Cárdenas reuniese tanto a su junta como a las presidencias de los dos pasos. «Les dije que yo no era nadie para exponer la vida de los demás. Podéis hacer lo que queráis. Yo, esta Madrugada si Dios quiere, no me voy a mover de la manigueta derecha del paso de palio, así que vosotros diréis. Y toda la junta dijo que se iba a la calle».
Recuerda Juan Ruiz Cárdenas en la entrevista de «El Llamador», que fue una Madrugada «bastante fastidiosa. Es que cuando ves la cantidad de ramos de flores que le tiran a la Virgen... teníamos instrucciones de que se vigilase todo».
La estación de penitencia «fue tensa. Es que fueron 205 correos electrónicos, no uno, ni dos ni tres... no sé cómo ocurrió, ni por qué pasó, ni la ideología que llevaban. Lo cierto es que fue una Madrugada muy mala».
La hermandad llevó «una cantidad ingente» de Policía y Guardia Civil y, sobre todo, «muchos hermanos que pertenecen a seguridad, que iban desde la cruz de guía hasta el palio. Y otros muchos, que llevaban sus chalecos en los bolsillos, por si había que intervenir». «Fue una Madrugada larga, difícil, preocupante. La verdad es que cuando entraron el Señor y la Virgen fue cuando me relajé».