(Asia news/InfoCatólica) En un mensaje difundido este fin de semana, sumamente fuerte en tono y contenido, los patriarcas y referentes de las Iglesias de Jerusalén - unidos en la oración con el arzobispo de Canterbury Justin Welby que se encuentra en Jerusalén - afirman que «no renunciaremos a nuestro deber de ofrecer refugio en Gaza». Renovaron así su compromiso de solidaridad con la población civil de la Franja, sometida al fuego cruzado de los cazas israelíes y los cohetes de Hamás que en pocos días impactaron en dos construcciones que simbolizan la hospitalidad y la convivencia: el Al Ahli Arab Hospital de los anglicanos y la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, en Gaza City.
Los líderes cristianos recuerdan en su comunicado las enseñanzas de Jesús, que invita a vivir el ministerio «entre los más vulnerables», una tarea primordial «no sólo en tiempos de paz», porque «la Iglesia debe actuar como Iglesia sobre todo en tiempos de guerra». Sin embargo, también señalan que no pueden actuar «solos», y por eso apelan una vez más «a la comunidad internacional», exhortándola a «hacer todo lo posible para garantizar de inmediato la protección de los lugares de refugio, como hospitales, escuelas y centros de culto». Desde Jerusalén, corazón de Tierra Santa, junto con el arzobispo de Canterbury, renuevan el pedido de un »alto el fuego inmediato para que puedan llegar alimentos, agua y medicinas«.
Los firmantes condenan los ataques aéreos israelíes que impactaron en la iglesia de San Porfirio y provocaron el derrumbe de dos salones donde se alojaban decenas de refugiados, entre ellos mujeres y niños, que murieron mientras dormían o sepultados bajo los escombros. «El último recuento -es de 18 muertos, nueve de los cuales son niños. No podemos ignorar - dicen - que éste solo es el último caso de civiles inocentes heridos o muertos por ataques con misiles que han destruido escuelas y hospitales donde la gente había encontrado refugio, porque sus casas quedaron destruidas». Esta devastación, concluyen, «es el resultado de la incesante campaña de bombardeos contra zonas residenciales de Gaza en las últimas dos semanas».
En un mensaje enviado a AsiaNews desde Belén, donde se encuentra a la espera de la autorización de Israel para regresar a la Franja. el p. Gabriel Romanelli, párroco de Gaza, confirma el dramatismo de la situación, el agravamiento de la emergencia humanitaria y el drama de los civiles. En la parroquia de la Sagrada Familia, religiosos y laicos, junto con feligreses católicos y ortodoxos, continúan «tratando de consolar a quienes lloran a sus muertos, curar a los heridos y ayudar a todos», afirma el sacerdote del Verbo Encarnado. La noche del 21 de octubre, «la mayoría de las casi 700 personas alojadas en los edificios parroquiales, que dan a la calle, temían sufrir algo similar a lo ocurrido en la iglesia ortodoxa y durmieron dentro del templo. Eran cientos de personas».
«La noche fue muy larga - continúa el relato -, hasta las 3 de la madrugada se escucharon fuertes bombardeos y los refugiados solo pudieron dormir unas pocas horas». El sacerdote insiste en que hay que poner fin a todo esto y trabajar con más energía por la paz, porque ya tenemos «demasiados muertos y heridos en Palestina e Israel». Por último, concluye con una breve historia de muerte y, al mismo tiempo, de esperanza: «Una de las víctimas [del ataque a la iglesia ortodoxa griega, ndr.], que sacaron de entre los escombros era un padre de familia. En sus brazos - cuenta el religioso de origen argentino - encontraron vivo a su pequeño hijo, al que había protegido con su propio cuerpo a modo de escudo».
En el frente humanitario, la BBC informa que en este momento está ingresando un tercer convoy a Gaza por el paso de Rafah, en la frontera con Egipto. El primer envío de ayuda llegó el 21 de octubre y el segundo ayer, de 20 y 14 camiones respectivamente. El Comité Internacional de la Cruz Roja considera que es un paso positivo, aunque sigue siendo «una gota» en el océano de necesidades de una realidad que califican como «catastrófica». Alarmas desmentidas por el ejército israelí, que ha afirmado en reiteradas oportunidades que no existe ninguna emergencia humanitaria en Gaza. Y mientras los líderes mundiales se movilizan para mediar en la liberación de los 222 rehenes israelíes en manos de Hamás - Qatar es uno de los más activos - el número de muertos sigue aumentando: 400 palestinos, muchos de ellos civiles, murieron en las últimas 24 horas bajo las bombas israelíes. En Gaza hay 4.651 muertos y 14.245 heridos; en Israel 1.405 muertos (la gran mayoría en el ataque del 7 de octubre) y 5.431 heridos; en Cisjordania al menos 95 muertos y 1.650 heridos, a los que se suman cerca de 120 palestinos arrestados en las últimas horas.