(CNE/InfoCatólica) Durante el verano la escuela fue renovada y los crucifijos fueron retirados. Nunca regresaron a sus paredes. «El crucifijo es un símbolo religioso. Aquí estamos en una escuela, no en una iglesia», justificó su decisión la directora Federica Ansaloni, según el diario Avennire aunque ella niega haber dicho tal cosa.
Un grupo de profesores y padres han expresado su descontento. Además de manifestar su enfado por no haber sido consultados han calificado la medida como «grave, tanto por su valor simbólico como porque no está reflejada en ninguna legislación escolar vigente». La escuela primaria y la guardería de Odoardo Focherini todavía mantienen sus crucifijos.
El Supremo, a favor de los crucifijos
Hace dos años, el Tribunal Supremo de Italia sentenció a favor de mantener los crucifijos en las escuelas públicas del país.
La polémica sobre esta cuestión es de largo recorrido. En octubre del 2019 los obispos italianos se manifestaron a favor de los crucifijos para responder a unas declaraciones de quien por entonces era ministro de educación del país alpino.
Un mes antes, el alcalde de Ferrara ordenó poner un crucifijo en todas las aulas de los colegios de la ciudad.