(Vatican.news/InfoCatólica) «En un mundo en el que proliferan los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos, en el que las grandes potencias desafían a las democracias y los totalitarismos al multilateralismo, defender nuestros valores es más importante que nunca», declaró Roberta Metsola al recoger el premio. Y añadió:
«Nuestros valores cristianos y europeos nos anclan y nos ayudarán a preparar una futura Unión Europea en la que estarán incluidas democracias afines como Ucrania, Moldavia, Georgia y los Balcanes Occidentales. Compartimos convicciones e intereses comunes, y es nuestra responsabilidad no defraudarlos»
Perseguir la unidad y no agravar las divisiones
El secretario de la COMECE, el padre Manuel Barrios Prieto, subrayó que el «compromiso con la democracia, con los valores cristianos» de la política maltesa, así como «los avances en el proceso de integración europea» son un ejemplo para muchos.
La ceremonia de entrega tuvo lugar durante la 23ª Conferencia Internacional de Cracovia sobre el papel de los cristianos en la integración europea, dedicada este año al tema: «Consecuencias de la guerra. ¿Cómo será Europa? ¿Cómo será Polonia?».
«Un espacio para el diálogo entre políticos, estudiosos, medios de comunicación, Iglesia y sociedad civil», lo calificó Barrios Prieto, citando al papa Francisco, y diciendo que el sueño europeo «es aquel que nos permite mirar más allá de nuestro tiempo, más allá de las fronteras nacionales y de las necesidades inmediatas, y que genera formas de diplomacia capaces de perseguir la unidad y no agravar las divisiones».
El premio In Veritate también recayó en el padre Andrzej Boniecki, director honorario del principal semanario religioso polaco «Tygodnik Powszechny». Ambos galardonados recibieron el agradecimiento de monseñor Janusz Stepnowski, obispo delegado del episcopado polaco en la COMECE y presidente de la Comisión de Cultura y Educación.
Metsola, provida hasta que llegó a la presidencia del parlamento
Al poco de ser elegida presidente del Parlamento en Bruselas, Roberta Metsola, que se autocalifica a sí misma como «orgullosa cristiano-demócrata», trannquilizó a todos los abortistas que temían que sus anteriores posicionamientos contrarios al aborto fueran a tener algún papel en su nuevo puesto. La política maltesa aseguró que asumía la postura abortista de la Eurocámara.