(InfoCatólica) «El éxodo masivo ha comenzado», afirmó Siobhan Nash-Marshall, una defensora de derechos humanos basada en Estados Unidos que ha mantenido conversaciones con testigos en el terreno.
En 2011, Nash-Marshall fundó la Fundación Cristianos Necesitados (CINF) para asistir a los cristianos armenios en la región, y en 2020, estableció una escuela en Nagorno-Karabaj para niños y adultos.
Recientemente, Nash-Marshall ha recibido informes alarmantes de su escuela en Nagorno-Karabaj, donde le han comunicado que «todo ha llegado a su fin». Personas de diversas regiones y orígenes se encuentran sin hogar y carecen de refugio, alimentos y agua. En muchos casos, los armenios se ven obligados a dormir en las calles y temen beber agua que creen ha sido «envenenada por los azeríes», según sus contactos.
Nash-Marshall fue informada de que frente a su escuela, había colas de hasta «2,000 personas frente a la única panadería» y que todos padecían hambre, miedo y desesperación.
Según el gobierno, desde la semana pasada, 6,650 personas desplazadas forzosamente han ingresado a Armenia desde Nagorno-Karabaj.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, declaró que espera que la mayoría de los 120,000 armenios étnicos en Nagorno-Karabaj huyan de la región debido al «peligro de limpieza étnica», según informó la fuente de noticias Al Jazeera.
¿Qué ha llevado a esta situación? Armenia y Azerbaiyán, dos antiguos territorios soviéticos, han estado en conflicto durante décadas por Nagorno-Karabaj. Con el respaldo de Turquía, Azerbaiyán logró establecer su dominio militar sobre Armenia en la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj, que concluyó en noviembre de 2020.
A pesar de que Nagorno-Karabaj, también conocido como Artsaj, es internacionalmente reconocido como parte de Azerbaiyán, la mayoría de su población está compuesta por cristianos de etnia armenia.
Hasta hace poco, los armenios de la región afirmaban su independencia bajo la «República de Artsaj».
El 19 de septiembre, Azerbaiyán lanzó una ofensiva militar breve pero intensa, que incluyó bombardeos con cohetes y morteros. El gobierno azerí describió esta ofensiva como «medidas antiterroristas» y resultó en la muerte de más de 200 armenios y el desplazamiento de más de 10,000 civiles, según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Artsaj.
El 20 de septiembre, los armenios acordaron un alto el fuego que implicaba la desmovilización de su ejército y la pérdida de su autogobierno. Tras la derrota de la región separatista ante Azerbaiyán, el presidente azerí, Ilham Aliyev, declaró que los armenios de Nagorno-Karabaj serían «integrados» y que sus representantes estaban «invitados a dialogar» con el gobierno azerí.
Sin embargo, el temor a la persecución religiosa y cultural ha llevado a muchos armenios a huir hacia Armenia.
Eric Hacopian, otro defensor de derechos humanos que ha estado presente en Nagorno-Karabaj, describió las condiciones actuales como «horrendas», con escasez de alimentos, medicinas y seguridad. Hacopian calificó las acciones de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj como un «genocidio» y estimó que el número de refugiados podría alcanzar entre 15,000 y 20,000 personas, y que entre el 95% y el 99% de la población armenia de la región podría huir debido al riesgo de ser «asesinada y torturada».
Fotos en redes sociales mostraron largas filas de vehículos llenos de refugiados en las carreteras que conducen fuera de la ciudad más grande de la región, Stepanakert.
Muchos armenios han habitado Nagorno-Karabaj durante siglos, pero ahora se enfrentan una situación en rápida transformación.
Nash-Marshall destacó que los armenios no creen poder sobrevivir bajo el dominio turco o azerí, y mencionó la armenofobia arraigada en la cultura azerí, que se manifiesta en la ejecución de prisioneros de guerra armenios en 2022 y en monumentos recientes en Bakú que representan de manera exagerada a soldados armenios muertos y cautivos encadenados.
Algunos expertos temen que Armenia misma esté en riesgo de invasión. Tanto el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, han propuesto construir una autopista en la parte sur de la provincia armenia de Syunik, que limita tanto al este como al oeste con Azerbaiyán. Si se construye, se teme que Azerbaiyán tome el control de todo Syunik.
Stepanakert now. There is an almost 100km line of cars from Nagorno-Karabakh to Armenia as the entire population flees. 120,000 people are leaving their homes. pic.twitter.com/p6rNDz37tl
— Neil Hauer (@NeilPHauer) September 25, 2023
Con información de ACN