El secretario de las Juventudes del PSOE dice que las palabras de Martínez Camino son una amenaza a la legitimidad de las Cortes

Por supuesto que lo son. Porque las Cortes liberales y ateas cuando actúan contra Dios no tienen legitimidad ninguna.

Éste va entendiendo de qué va la cosa. Abajo las Cortes de los partidos.

Viva la representatividad del pueblo.

Las últimas Cortes españolas, verdaderamente legítimas, se reunieron un 18 de noviembre de 1976, en una sesión que pasó a la historia por perpetrarse un taimado golpe de Estado magistral al aprobarse la Ley de Reforma Política que abrió paso a los partidos liberales, marxistas, separatistas y la introducción de elementos anticristianos que llevarían a acabar con el reconocimiento del Reinado Social de Ntro. Señor Jesucristo.

De amenaza para la legitimidad del las Cortes, NADA de NADA. Es mas, las palabras de Mons. Martinez Camino son d elas mas oportunas en los momentos actuales y cabe recordar que la primera vez que se aprobó una legislación sobre el aborto fue en la antigua Unión Soviética de Lenin y que el estado nazi también promovió el aborto legal como parte de su política de mantener la raza aria, como bien afirmó monseñor Martínez Camino.
Es mas, Las declaraciones de monseñor Martínez Camino,han sido acogidas de manera tremendista por algunos caracterizados por su desconocimiento del Derecho Canónico y de la Iglesia que no dudó en titular que “los obispos estrechan el cerco a los diputados católicos por la reforma del aborto” para afirmar en un sumario que quien apoye o vote esta ley está en pecado mortal público”. Se quiere presentar así a la Iglesia como un “lobby” que persigue a los diputados católicos para que voten en contra de la ley promovida por el Gobierno socialista.
Pero la Iglesia no es un lobby y sus leyes son las leyes morales recibidas en el Evangelio, anteriores a la existencia de los Estados, de los políticos y de las leyes que promulgan. Así que a los diputados católicos que practican su fe y que conocen sus derechos y deberes, no les descubre nada lo que dijo ayer Martínez Camino. Cosa distinta es la duda que otros diputados que se dicen católicos quieren sembrar en la sociedad a propósito de sus deberes de conciencia, al pretender que se debe obedecer antes al partido que a Dios.

Estos navegantes de dos aguas o servidores de dos señores, tampoco tienen necesidad alguna de que se les recuerde que si apoyan con su voto la ley del aborto, cometen un grave pecado mortal y quedan excomulgados, es decir, no pueden comulgar antes de que se confiesen y enmienden su conducta. Por supuesto que recordárselo no significa que se les quiera “presionar”: la presión la reciben, en todo caso, de su propio partido y ellos saben perfectamente a qué atenerse.

No resulta ocioso recordar aquí algún principio fundamental: la Iglesia no fuerza a ningún católico a cumplir la Ley de Dios: cada cual es libre de actuar según su conciencia. Pero la Iglesia está muy obligada a recordar a los católicos la doctrina cristiana, si es que la han olvidado. Y, como es natural, este recordatorio no solo va dirigido a los políticos que alardean de mantenerse al margen de las enseñanzas de la Iglesia al tiempo que afirman ser católicos.

La herejía, el pecado mortal, el contrasentido moral y todas esas cosas que tanto parecen molestar a los comentaristas "religiosos" de "El País", son expresiones que tan solo afectan a cuantos todavía conservan en su conciencia la noción del pecado, aprrendida con el catecismo. La Iglesia es lo que es, y si puede hablarse de “presiones” más bien habría que adjudicarlas a los políticos -y algunos "teólogos" afines- que quisieran cambiar a la Iglesia de acuerdo con su laxitud moral.

En todo caso, harían muy bien los políticos socialistas que se dicen católicos y que votarán “si” al aborto libre, en no acercarse al Sacramento de la comunión porque cometerían un pecado muy grave: el sacrilegio. Una lectura somera del Derecho Canónico o del Catecismo, les podría venir muy bien sin necesidad de referirse a las declaraciones de Martínez Camino que, al parecer, molestan mucho a algunos de esos políticos que sirven a dos señores. Pero allá ellos. De momento no podrán llamarse a engaño.
Y yo me pregunto, ¿que haria el Real Madrid si uno de sus jugadores se empeñara en vestir la camiseta del Barcela al jugar con sus compañeros del Real Madrid? Desde luego lo expulsarian del campo. ¿Que ha hecho el PSOE con los llamados discolos por no obedecer a su partido? Pues expulsarles del PSOE. Que ha hecho el PP con el Vice-Alcalde de Madrid por opinar de Esperanza Aguirre en contra de las directrices del Partido? Expulsarle del PP. Y ahora resulta que esos mismos politicos se rasgan las vestiduras por que la Iglesia exija coherencia a los fieles católicos.
A ver si ponemos a todos en el mismo rasero.

Iglesia y políticos: ¿quién presiona a quién?
En algunos círculos políticos y mediáticos han sentado bastante mal las declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal Española sobre las consecuencias morales del apoyo a la ley del aborto. Se ha llegado a decir que los obispos estrechan e l cerco a los diputados católicos para que no respalden esa ley, y se les acusa de inmiscuirse en asuntos que no les conciernen. Surge así de nuevo un debate equívoco e interesado sobre el papel de la Iglesia en la vida pública, como si no estuviese claramente delimitado tanto por la Constitución, como por el propio Derecho Canónico. La Iglesia no tiene la menor intención de convertirse en actor político, sólo quiere cumplir su misión de anunciar el Evangelio y defender la dignidad de la vida humana en cualquier circunstancia. El problema se plantea cuando en los partidos políticos militan diputados que se dicen católicos, y que sin embargo acomodan su fe a los intereses ideológicos de su partido. Lo que hizo ayer monseñor Martínez Camino fue recordar a ciertos diputados católicos que no es coherente con su fe el respaldo a una ley que convierte el aborto en un derecho, y que deben ser conscientes del grave pecado que implica ese apoyo. No se trata de la opinión de un obispo sino de la doctrina de la Iglesia desde que ésta existe. Resulta grotesco por ello acusar a la Iglesia de presionar a los políticos cuando suele ocurrir justo lo contrario: son algunos políticos los que intentan presionar a la Iglesia para que ésta silencie su misión profética y se acomode al doble juego de las corrientes relativistas.

Si no creen en la Iglesia no entiendo que pueda importarles lo que diga algo en lo que no se cree. a lo mejor es miedo a que alguien vacilante vote en conciencia. De todas formas rezo por todos creyentes o no porque la vida es un bien, es un derecho independientemente de religión e ideología, es porque somos personas

Totalmente de acuerdo con los comentarios de Lucas y de JMA.