(CNA/InfoCatólica) El 13 de septiembre, un sacerdote católico chino fue condenado por «fraude» y «suplantación de personal religioso», informó ChinaAid.
El padre Joseph Yang Xiaoming, de la diócesis de Wenzhou, en Zhejiang (China), al sur de Shanghai, fue declarado culpable de violar la ley al negarse a registrarse en la Asociación Patriótica Católica China (CCPA), sancionada por el Estado.
Las sanciones administrativas impuestas por el tribunal a Yang incluyen «el cese de sus actividades [sacerdotales], la confiscación de los ingresos ilegales de 28.473,33 yuanes (3.913 dólares) y una multa de 1.526,67 yuanes (210 dólares)», informó UCA News. En mayo de 2021, poco después de su ordenación, la Oficina de Asuntos Religiosos del Distrito de Longwan inició un proceso judicial contra Yang.
Al parecer, Yang impugnó las acusaciones presentando ante el tribunal un certificado válido de ordenación «expedido por el obispo de Wenzhou y por la Oficina de Asuntos Religiosos del distrito de Longwan», en el que «el gobierno del distrito de Longwan... reconoció la autenticidad del documento ante el tribunal, reconociendo así que había sido ordenado según las normas de la Iglesia católica».
Según AsiaNews, Yang Xiaoming, de 33 años, nació en Longwan, ciudad de Wenzhou, provincia de Zhejiang. Fue ordenado en 2020 por el obispo Peter Shao Zhumin.
Zhumin fue nombrado obispo coadjutor de la diócesis de Yongjia en 2011 y obispo de la diócesis en 2016, ambas veces con un mandato papal; sin embargo, no fue aprobado por la CCPA. Zhumin se negó repetidamente a reconocer a la CCPA y, a su vez, ha sido detenido en múltiples ocasiones, la última el 18 de febrero. ChinaAid ha informado de que no se ha informado de su situación ni de su paradero.
El PCCh supervisa cada vez más la actividad religiosa
En los últimos cinco años, se ha producido una centralización acelerada de la supervisión gubernamental de las actividades religiosas en China. En 2018, la Administración Nacional de Asuntos Religiosos (NRAA), antes conocida como SARA, pasó a depender del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD), que está bajo el control directo del Comité Central del partido.
En diciembre de 2019, se publicaron las Medidas Administrativas para Grupos Religiosos, que entraron en vigor el 1 de febrero de 2020. Este documento de 41 artículos promulgó disposiciones más estrictas para la expresión religiosa al imponer nuevas normas sobre la estructura, la función y la supervisión administrativa de los grupos religiosos.
Según una traducción al inglés del documento facilitada por Bitter Winter, revista de libertad religiosa y derechos humanos, el artículo 3 establece: «Sin la aprobación del departamento de asuntos religiosos del gobierno popular, o el registro en el departamento de asuntos civiles del gobierno popular, no se permiten actividades religiosas en nombre de organizaciones religiosas».
El artículo 17, que se refiere a la conducta y el papel del clero, establece que los miembros del clero deben acatar las directrices del Partido Comunista de China.
«Las organizaciones religiosas deben dar a conocer al clero y a los ciudadanos religiosos las directrices y políticas del Partido Comunista de China, las leyes, reglamentos y normas nacionales, con el fin de instruir y dirigir al clero y a los ciudadanos religiosos para que apoyen el gobierno del Partido Comunista de China, apoyen el sistema socialista, sigan el camino del socialismo con características chinas, acaten las leyes, reglamentos, normas y políticas, traten correctamente la relación entre las leyes estatales y las normas religiosas, y fortalezcan su conciencia nacional, la conciencia del imperio de la ley y la conciencia del deber de cada uno como ciudadano», dice el documento.
En 2021, el SARA promulgó otra nueva norma que restringía aún más la libertad de los grupos religiosos: las Medidas sobre la Gestión del Clero Religioso. Esta ley implantó un control y unas directrices aún más estrictas para el clero, imponiendo mayores sanciones. El artículo 3 reitera la necesidad de que el clero sea leal y «se adhiera a la dirección de la sinicización de la religión en China, actúe para mantener la unidad nacional, la armonía religiosa y la estabilidad social».
El Reglamento continúa e introduce dos elementos novedosos. El primero se ve en el artículo 8, que establece: «El clero religioso, al publicar información religiosa en Internet, deberá cumplir las disposiciones pertinentes de la normativa nacional sobre información en Internet».
Y luego, en lo que se considera su rasgo más pernicioso, el artículo 33 establece: «La Administración Estatal de Asuntos Religiosos establecerá una base de datos del clero religioso, los departamentos de asuntos religiosos de los gobiernos populares locales deberán proporcionar y actualizar la información básica del clero religioso, incluyendo premios y castigos, cancelación de registros y otra información».
El 23 de mayo se lanzó finalmente la base de datos del clero católico. El registro es obligatorio y, si algún miembro del clero es declarado culpable de infringir alguna de las normas, su condición de miembro oficial puede ser cancelada y sus funciones religiosas suspendidas.
Aunque los funcionarios del gobierno sostienen que la base de datos se creó para acabar con los clérigos fraudulentos, el caso del padre Yang revela que se trata de una pretensión de obligar a los clérigos obstinados a registrarse en organismos religiosos autorizados por el Estado: es una aplicación concreta de las 2021 Medidas sobre la Gestión del Clero Religioso.
La detención de Yang es el último ejemplo del ataque del gobierno contra el clero católico y pone de relieve una preocupación más amplia sobre la trayectoria de la libertad religiosa en China.
También se produce tras la visita del Papa Francisco a Mongolia. Al final de la misa papal en Ulán Bator el 3 de septiembre, el Santo Padre dedicó un momento a saludar al obispo emérito de Hong Kong, el cardenal John Tong Hon, y al actual obispo de Hong Kong, el cardenal electo Stephen Chow Sau-yan, SJ.
«Se trata de dos obispos hermanos, el emérito de Hong Kong y el actual obispo de Hong Kong», dijo el Papa. «Quisiera aprovechar su presencia para enviar un cordial saludo al noble pueblo de China. A todo el pueblo le deseo lo mejor. Esforzaos, avanzad siempre. Y pido a los católicos chinos que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos».
El cardenal italiano Matteo Zuppi estuvo esta semana en Pekín como enviado especial del Papa para ayudar a promover la paz y las iniciativas humanitarias a la luz de la guerra en curso en Ucrania. Hasta el momento, la Santa Sede no ha hecho ninguna declaración sobre la condena de Yang.
