(CNAd/InfoCatólica) «Los países del hemisferio sur sufren más las consecuencias del cambio climático que los países industrializados del Norte - y ello a pesar de que estuvieron menos implicados en la causa del problema», declaró el profesor al Rupertusblatt, el semanario de la archidiócesis de Salzburgo (número actual). «La Iglesia puede mostrar más solidaridad con las regiones gravemente afectadas y, en el espíritu de la opción por los pobres, demandar un apoyo financiero, como hizo en el Sínodo Amazónico de 2019».
Además, dijo, la Iglesia siempre ha estado «comprometida con la cultura de la moderación».
«La Iglesia (ndr:en Austria) se extralimita cuando entra en alianzas estratégicas con la 'Última Generación' y, por lo tanto, aprueba acciones ilícitas como ataques a obras de arte, bloqueos de carreteras y aeropuertos que ponen en peligro no solo el daño económico, sino también vidas humanas», advirtió Tück.
«El sistema jurídico liberal ofrece suficientes instrumentos de protesta civil, no hay que deshacerse de ellos a la ligera», explicó. «¿Qué pasaría si todos los descontentos con la política emprendieran acciones disruptivas por su cuenta para hacer oír su voz? Acabaríamos pronto en el caos».
Tück también criticó los llamados «réquiems» por el deshielo de los glaciares, que se realizan en Austria, afirmando que son «teológicamente delicados»:
«Los réquiems son por personas cuyos nombres se encomiendan a la memoria de Dios; tienen una dimensión pascual y están guiados por la esperanza de que el difunto alcance la vida eterna con Dios. Esto no puede aplicarse a los 'glaciares moribundos'».