(LaVaguardia/InfoCatólica) Durante su discurso en la Basílica de Covadonga con motivo del Día de Asturias, el Arzobispo de Oviedo, el padre Jesús Sanz Montes, expresó sus desacuerdos con diversas posturas políticas, ideológicas y legislaciones específicas. Entre sus críticas, mencionó su oposición a la Agenda 2030, se manifestó en contra de la legalización de la eutanasia, cuestionó el feminismo refiriéndose al caso Rubiales como una «leyenda del beso», y también criticó a quienes «malbaratar a capricho un Estado de derecho que nos asimilaría a una república de banana malhadada rompiendo la convivencia».
El arzobispo, en línea con sus tradicionales críticas en la festividad del 8 de septiembre, ha elevado el tono de su descontento este año al dirigirse a una audiencia abarrotada en la basílica de Covadonga. En esta ocasión, ha abordado la polémica que surgió en torno a las acciones del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales.
Sanz Montes compartió la conmovedora historia de Irina, una joven mujer ucraniana a la que conoció y que lamentablemente perdió a su esposo y a uno de sus hijos durante un devastador bombardeo en Kiev. Describió a Irina como «una mujer no manipulada en su condición femenina, no dejándose arrastrar por tanto postureo, tanto empoderamiento y tanta zafia mediocridad».
En contraposición a esta historia, el arzobispo ha destacado un incidente ocurrido después del Mundial Femenino, donde se produjo un beso no consentido por parte de Rubiales hacia una jugadora, usando esta situación como un ejemplo de preocupación en un contexto diferente.
«Era inevitable la comparanza con otras noticias de estas últimas semanas que yendo de aquí para allá hojeaba en la prensa cada día. Dejemos la Leyenda del beso para la preciosa zarzuela de Reoyo, Silva y Paso. Mejor esta zarzuela que los recientes sainetes jaleados con estrategias calculadas. ¿Dónde quedan las frivolidades teledirigidas durante días y días en noticias amañadas para distraer la atención, eclipsar las vergüenzas o manejar bajo cuerda pretensiones y apaños a cualquier precio y con la habitual mentira como arma política? No, me quedo con el alto testimonio humano y cristiano de Irina», dijo el arzobispo a todos los presentes.
Críticas sobre la Agenda 2030
Sanz Montes ha señalado diferencias notables al comparar su encuentro con jóvenes en Lisboa durante la Jornada Mundial de la Juventud, en el que estuvo acompañado por el Papa Francisco, con las realidades que enfrentan los jóvenes en otros contextos. Además, ha expresado críticas hacia la Agenda 2030 y su impacto en la juventud.
«En aquel millón y medio de jóvenes no se dieron borracheras, ni destrozos urbanos, ni violaciones en manada, ni toneladas de basura tras su marcha. Tratamos de tantas cosas. También de la ecología de la que tantos hablan, pero sin la carga ideológica de la Agenda 2030, ni el paseíllo manido por las pasarelas de tanta monserga vacía, aunque tan bien subvencionadas que terminan siendo subversivas», dijo el padre Sanz.
Asimismo, indicó que «hablar de ecología es hablar de que nos importa la vida, toda la vida, evitando caer en la trampa engañosa de salvar sólo algunas floras y faunas clasificadas por ciertas corrientes ecologistas que acaban siendo ecolojetas, mientras dejamos al pairo la vida humana más vulnerable: la no nacida aún, o la que precipita su final con la ayuda matarife de una eutanasia letal sin la asistencia paliativa censurada».
Romper la convivencia
El arzobispo también aprovechó la ocasión para tratar el tema de la situación política con un gobierno en funciones. Por ello, indicó: «Nuestras relaciones interpersonales e institucionales cambiarían si mirásemos al otro, sin levantar muros que nos separan, trincheras que nos enfrentan, reabriendo heridas, o manipulando la realidad con noticias falsas o malbaratando a capricho un Estado de derecho que nos asimilaría a una república de banana malhadada rompiendo la convivencia».
Y mencionó que se está viviendo un momento «crítico y delicado» con «retos nada fáciles de solventar cuando se conculcan derechos, se retuerce la cordura dejando que salte por los aires lo que fuimos construyendo en la convivencia democrática».