(InfoCatólica) La digestión de los resultados de las últimas elecciones PASO se está haciendo muy pesada. Muchos años con el eslogan de que el Papa no se quiere influir en las elecciones de Argentina y apenas dos meses antes de su celebración el Santo Padre publica un quirógrafo por el cual erige el «Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU)» como Asociación Privada de Fieles con carácter internacional y crea bajo su dependencia el «Instituto de Investigaciones Jurídicas Fray Bartolomé de las Casas».
A partir de este momento, las autoridades de COPAJU deberán contar con la aprobación pontificia para sus propuestas quinquenales, y las autoridades del Instituto estarán encabezadas por destacados profesores y expertos en la materia.
Al margen de la finalidad del «Instituto» ha llamado la atención el nombramiento de conspicuos kirchneristas, «los Profesores Raúl Eugenio Zaffaroni , Alberto Filippi y Marcelo Suárez Orozco como Consejo Académico Fundador del citado Instituto para el período 2023-2028».
La decisión ha escandalizado a una gran parte de la población argentina, incluso en medios que siempre han defendido las actuaciones del pontífice.
Zaffaroni (83 años) fue miembro de la Corte Suprema de Justicia entre 2003 y 2014 y juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el periodo 2016-2022. El ex magistrado ha estado estrechamente vinculado a Néstor Kirchner y a la vicepresidenta Cristina Fernández, para quien solicitó un indulto como alternativa final ante la condena judicial, entendiendo que existe persecución contra la expresidenta.
Los argentinos todavía recuerdan los 6 pisos convertidos en prostíbulos propiedad de Zaffaroni. En declaraciones de archivo de Página/12, fechadas el 3 de agosto del 2011, Zaffaroni decía que «hasta ahora lo que hay es un ilícito civil de desnaturalización del contrato de locación, del cual yo soy una víctima. Si hay delito de trata lo analizará la Justicia». Su amigo especial y administrador pagó la multa.
Que sea un fanático defensor del abolicionismo penal es coherente con ciertas doctrinas actuales vaticanas. Sin embargo se confía que la justificación de alguna de sus sentencias no contaminen las actuaciones judiciales de la Santa Sede. Es difícil no escandalizarse cuando absolvió a un violador de una niña de 8 años, porque «el único hecho imputable se consumó a oscuras».
Siendo juez de la Corte Suprema de Justicia Zaffaroni se expresó a favor del matrimonio de parejas homosexuales y en contra de la "penalización del aborto" en el país. Los argumentos que esgrimía son los que también empiezan a oírse en algunas instancias eclesiásticas.
En el mismo acto el Papa personalmente designa «para el período 2023-2028 como Presidente del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU) al Juez Roberto Andrés Gallardo de la República Argentina», que al margen de kirchnerista acérrimo es un admirador Lenin, Salvador Allende y Hebe de Bonafini y especialmente del asesino Che Guevara.
Algunos analistas argentinos, que han preferido mantenerse en el anonimato, restan importancia al impacto que puede tener este tipo de decisiones en la contienda electoral. Sostienen que desgraciadamente la figura del Pontífice de origen argentino solo es relevante en los medios de comunicación y no en la sociedad.
Basta observar, dicen, cómo en un «país católico» un candidato libertario que falta el respeto al Santo Padre y que el Papa le califica indirectamente de Adolfo Hitler obtuvo el 30% de los votos. Y en cambio el miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano y amigo del Papa, Juan Grabois y que hacía valer las dos condiciones en campaña un exiguo 5%. Esto en otro tiempo habría sido impensable.