(María Lourdes Quinn/InfoCatólica)
- ¿Cómo les ha influído el Movimiento Apostólico de Schoenstatt al que pertenecen?
- El trabajo de hacer consciente el “ideal personal” que Dios ha dado a cada uno nos hizo descubrir también un “ideal de familia”, que se ha ido concretando en este proyecto de trabajo en común en pro de la evangelización. Todo ello ha sido posible al alero del Santuario de Schoenstatt que regala a esta época unas gracias especiales: acogimiento, transformación interior y envío apostólico. La Virgen, en su papel de corredentora, nos llama a colaborar con su Hijo: “Nada sin ti, nada sin nosotros” le decimos y trabajamos en una unión que quiere ser total entre lo natural y lo sobrenatural, entre naturaleza y Gracia.
- ¿Cómo decidieron los nombres de los personajes?
- La rana Leopoldo surgió de un proyecto de funciones junto al templo de la Sagrada Familia, Barcelona, para el centenario de Gaudí. Como Gaudí sacaba los modelos para sus esculturas de animales, inventamos que Gaudí había hecho un “casting”. Una de las gárgolas del templo representa a una rana. José la diseñó y le sacó mucho partido. El personaje fue tan bien acogido por el público infantil, que decidimos incluirlo en el proyecto del monje.
Renata es el nombre de una prima de los chicos, muy dulce. Timoteo fue diseñado y manipulado por Valeria. La abreviación Tim, nos pareció apropiada para un personaje tan breve. Fray Juan toma su nombre del discípulo predilecto que acogió a María. El pelícano Rodolfo salió también del proyecto de Gaudí y es el lazo entre la ermita donde viven los personajes y el mundo exterior. Rodolfo es el nombre de un amigo nuestro muy divertido.
- ¿Qué dificultades han enfrentado en la creación y producción del programa?
- Las dificultades han sido especialmente de medios materiales, aunque estamos conscientes del gran esfuerzo que ha hecho EWTN por sacar el programa adelante. Pero hemos sido muy ambiciosos y a veces apuntamos por encima de nuestras posibilidades. Además, todo proyecto evangelizador tiene que contar con la insidiosa oposición del enemigo, que a veces causa verdaderos estropicios y contratiempos. Por eso, es muy importante la oración. Es una batalla espiritual. Digamos que es una constante lucha con los impedimentos externos y también con los que surgen de las propias imperfecciones, en un proyecto que tiene una complejidad superior a la que pueden asumir nuestras fuerzas y que no permite muchos fallos.
- ¿Cuánto tiempo se tarda en producir cada episodio?
- Demasiado tiempo para lo que consume la programación de cualquier cadena y para nuestra necesidad de ingresos, pero somos muy pocos y en lugar de hacer varias cosas a la vez, debemos hacer una después de la otra, con lo que los plazos se prolongan indefinidamente. Sabemos que esto se resolvería aumentando el personal en varias veces el actual, pero eso requiere de mucha inversión y nuestra lenta manera de producir no es muy rentable. Por lo tanto, es un círculo vicioso que esperamos romper poco a poco, con esfuerzo y la ayuda de Dios.
- ¿Cómo desarrollan cada tema?
- Cuando hemos decidido los temas y éstos han sido aprobados por EWTN, pedimos el asesoramiento teológico de algunos sacerdotes que son autoridad en la materia. Después hacemos “lluvia de ideas” y vemos algunas líneas de guión posibles, el guionista se encierra a escribirlas y las sometemos a un primer examen entre nosotros. A veces hay apasionadas discusiones respecto de los guiones, pero por el camino, el guión va enriqueciéndose con el aporte de todos, incluso en el rodaje. Ha habido casos en los que el guión, a punto de rodarse, ha sido reescrito casi por completo.
Las diferencias surgen al tratar de armonizar los distintos objetivos del programa, sobre los que cada cual tiene una acentuación diferente. Tratamos de que la parábola a tratar se concrete en una historia sencilla, muy parecida a la que a cualquier niño podría ocurrirle en su vida cotidiana. A veces los guiones más sencillos son los que tienen detrás un mayor trabajo.
- ¿Siguen siempre el mismo procedimiento para crear cada episodio?
- Tratándose de un trabajo artístico las cosas son bastante impredecibles, aunque intentamos seguir un método sistemático: Idea, guión, story board, utilería, rodaje, postproducción, etc. A veces, en el caso de las canciones, se hace primero la letra y luego la música. Otras veces el músico (Jaime), no se siente motivado por la letra y propone primero una música a la que hay que adecuar los versos. Es un diálogo creativo muy enriquecedor. Cada episodio tiene sus diferencias y su complejidad propias. No quisiéramos nunca llegar a hacer programas como “churros”, la tele-audiencia católica se merece mucho más, por lo sagrado de los contenidos que intentamos transmitir.
- ¿Qué ventajas y desventajas han tenido trabajando en familia?
- Las ventajas son evidentes, porque pocos equipos humanos pueden funcionar con un grado tan grande de sintonía espiritual y psicológica. Se hace todo en una relación muy íntima y en base a un patrimonio común de experiencias y aprendizajes que se ha cultivado desde la infancia de los hijos. Por eso cada miembro es doblemente precioso e imprescindible en la empresa.
Las dificultades vienen en la forma de funcionar, que depende más del compromiso personal de cada uno y de la madurez en las actitudes, que de motivaciones como sueldo, ascenso, o temor a ser despedido, por ejemplo. Se dan mil oportunidades y se busca a la oveja descarriada con ternura. Esta nueva forma de empresa no tiene por única finalidad la rentabilidad sino el despliegue de todas las potencialidades del trabajador y su dignificación como persona creativa, participativa y responsable. Proponemos una empresa donde la autoridad no se ejerza como un privilegio sino como un servicio, y donde las diferentes generaciones se complementen desde su singularidad más propia. En fin, una empresa donde se funcione por magnanimidad y no por egoísmo.
- ¿Tienen un episodio favorito?
- Hay uno que nos gusta por el ambiente intimista que logramos reproducir en el plató, simulando un día de tormenta con rayos y truenos y todos los personajes asustados en torno al protector Fray Juan. No sabíamos cómo reproducir los rayos y unos días antes del rodaje, un amigo me llamó para decirme que le habían regalado unos “trastos” electrónicos que no sabía para qué eran. Fui a verlos y no podía creer lo que estaba viendo: eran unos flashes profesionales, carísimos, que sirvieron a las mil maravillas para el efecto que buscábamos. ¡Y gratis! La Providencia Divina una vez más nos había sacado del apuro.
- ¿Qué les inspira?
- Una vez estábamos pensando en el guión para la parábola del Fariseo y el Publicano. José e Iván pensaban en la manera de expresar visualmente la justificación del Publicano. Pasaba el rato y no se les ocurría nada. Decidieron rezar al Espíritu Santo. Repitieron una jaculatoria varias veces y de pronto, los dos a la vez tuvieron la misma idea y la expresaron con entusiasmo y al unísono: “¡¿Y que tal una luz desde el cielo?!” La sorpresa de ambos fue mayúscula.
- ¿Qué mensaje les gustaría que se llevaran los que ven sus programas?
- Se podría resumir en: Dios es Padre, Dios es bueno y nos ama, y que en el colmo de ese amor, nos ha enviado a su hijo Jesús, que murió por nuestros pecados. También quisiéramos dejarles claro algunos mensajes como: la fe católica es alegre y liberadora. La familia debería ser un espejo del amor de Dios a cada uno.
- ¿Qué les parece la programación infantil en general?
- Generalmente, el incentivo principal que tienen las productoras al desarrollar un proyecto, es el económico, no el educativo ni el moral. Si se hacen programas infantiles es casi siempre porque la población infantil es un mercado potencial importante y muy rentable. Los límites que se pongan a la calidad ética de los contenidos, son solo los que convengan a la rentabilidad y los que las autoridades –bastante laxas- determinen. Por otra parte, los padres no están muy alertas a esta situación y confían demasiado en los criterios de los medios. El resultado de esto es bastante desalentador: los niños están indefensos delante de una pantalla que emite con demasiada frecuencia contenidos valóricos negativos. Aunque a veces tenemos la agradable sorpresa de encontrar algunas producciones con muchos valores. No todo es malo.
- ¿Qué opinan de la programación católica de televisión de hoy en día?
- Lo mejor es la buena voluntad de muchas personas que han tomado conciencia de la importancia de los medios y quieren hacer cosas a costa de su tiempo libre. Lo peor, es que haya tan pocas personas dispuestas a dar algo más que su tiempo libre. Se tiene miedo a buscar “el Reino de Dios y su justicia”, y que el resto no venga por añadidura. Y así, damos al trabajo evangelizador nuestras horas más cansadas. Así las cosas, nos preguntamos si podremos alguna vez igualar la calidad técnica de los medios comerciales. Y es que con demasiada frecuencia queremos servir a dos señores. Si nos arriesgamos a servir solo al verdadero ¿podrá Él dejarnos en la estacada? Ciertamente que no.
- ¿Qué se podría mejorar?
- Habría que mejorar la unidad de los comunicadores católicos. Si aunamos fuerzas, podremos elevar la calidad de las producciones. Y hay que intentar comunicar desde el corazón. Tenemos un mensaje demasiado intelectualista y abstracto, demasiado verbal y poco visual. “Una imagen vale más que mil palabras”, dijo Einsestein, y utilizó con mucha eficacia este principio. Con la imagen también se puede mentir impunemente. Los católicos hemos de ponerla al servicio de la verdad. También hay que mejorar la capacitación de los artistas católicos, a veces tenemos poco respeto por la excelencia. A Dios hay que ofrecerle lo mejor.
- ¿A qué se debe el éxito de La casita sobre la Roca?
- En primer lugar, al autor: Jesús, pues está basado en sus parábolas. Solo secundariamente se debe a que hemos puesto al servicio de la evangelización toda la experiencia ganada en trabajos televisivos. En un momento dado hicimos la opción de no continuar con la vía comercial y hacer algo que realmente valiera la pena (“¿de qué te sirve ganar el mundo si…?”). Claro que si no hubiéramos contado con la benevolencia, la paciencia y la misericordia de Dios, esto no hubiera llegado a ninguna parte.
- ¿Qué planes tienen para el futuro?
- No hacemos planes a largo plazo porque queremos dejarnos llevar por el Señor hacia donde quiera llevarnos. Así siempre tenemos la seguridad de acertar. Nosotros tenemos algunos anhelos y sueños, pero son sólo una parte de las voces con las que Dios nos habla. Otra parte importante son las circunstancias. Por el momento, solo queremos seguir con la serie y luego ya veremos. Algunos de nuestros hijos aún estudian arte y se preparan para servir mejor al Señor, entre eso y la serie, tenemos completa nuestra capacidad de proyectar.
- ¿Les gustaría añadir algo?
- Sí, agradecer la oportunidad de expresarnos y dar a conocer nuestro trabajo. Deseamos insistir en que nos consideramos solo instrumentos de un proyecto que es ante todo iniciativa del Señor. Nuestra respuesta a ese proyecto, no siempre fiel, es la parte menor.
- Muchísimas gracias por su tiempo y por su gran labor de evangelización.