(LSN/InfoCatólica) Tras recibir el visto bueno de la Corte Suprema de Indiana el mes pasado, la ley, aprobada en agosto de 2022, prohíbe todos los abortos excepto los provocados por violación o incesto durante las diez primeras semanas o por «deterioro físico sustancial e irreversible» de la salud de la madre. Permite el asesinato de bebés antes de nacer si el niño «sufre una condición médica irremediable que es incompatible con la vida sostenida fuera del útero» hasta las 20 semanas.
También prohíbe que centros no hospitalarios, como Planned Parenthood, practiquen abortos.
El 30 de junio, el Tribunal Supremo del estado autorizó la aplicación de la ley. Sin embargo, la ACLU sigue impugnando la ley por separado en virtud de la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa del estado, alegando que viola la libertad religiosa de los ciudadanos favorables al aborto.
El Indiana Right to Life ha manifestado sus reservas sobre la ley debido a su redacción y excepciones.
«Aunque no podemos respaldar plenamente la SB1 enmendada debido a sus excepciones por violación, incesto y anomalía fetal letal, reconocemos que el camino a seguir es o bien la posibilidad de poner fin a la gran mayoría de los abortos en Indiana, comenzando con el cierre de las clínicas abortistas de Indiana a mediados de septiembre, o bien permitir que todos los abortos continúen bajo la ley actual, ya que las mujeres de Ohio, Kentucky y otros estados viajan a Indiana para abortar».
El grupo «cree que los cambios sustanciales a la ley SB1 en la Cámara proporcionan una esperanza renovada de que más del 95% de los 8.414 abortos de Indiana terminarán si se convierte en ley.»
Indiana University Health, el mayor sistema hospitalario del estado, ha creado equipos de asesoramiento que incluyen a un abogado para consultas sobre si las pacientes cumplen los requisitos legales para abortar, informó WRTV.