(Agencias/InfoCatólica) Casi 15 horas duró el debate que precedió a la votación de la ley, una hora antes de la madrugada. El Partido Demócrata superó por el mínimo los votos necesarios para sacar adelante el proyecto (220 a favor, sólo dos más de los necesarios, frente a 215 en contra). Votaron en contra 176 republicanos (sólo uno, el representante por Luisiana, Joseph Cao, lo apoyó), así como 39 demócratas de orientación moderada, la mayoría de distritos conservadores del sur del país, una señal de división en las filas del partido de gobierno.
Poco después de anunciar el resultado, la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, ofreció una rueda de prensa en la que anunció que había recibido una llamada del presidente Obama “felicitándonos por esta gran victoria para el pueblo estadounidense”. La oficina de prensa de la Presidencia distribuyó un comunicado en el que el mandatario alabó el “duro trabajo” realizado y aseguró que “esta noche, en un histórico voto, la Cámara de Representantes aprobó una ley que finalmente hará realidad la promesa de cuidados de salud accesibles y de calidad para el pueblo estadounidense”.
Horas antes de la decisiva votación, Obama acudía por sorpresa a la Cámara de Representantes para reunirse con el grupo demócrata y llamar a todos a la unidad en torno a esa legislación, y durante una comparecencia posterior en la Casa Blanca declaraba: "Insto a los miembros del Congreso a aprovechar este momento, responder a la llamada de la Historia y votar 'sí' a una reforma del sistema de seguro sanitario para América".
Esta aprobación no es la luz verde definitiva para la reforma, que debe aún que salvar el difícil obstáculo del Senado, que tendrá que aprobar su propia versión de la reforma. Posteriormente, ambos textos deberán ser armonizados y las dos cámaras tendrán que pronunciarse sobre ese documento final.
Los demócratas tuvieron que conceder en la noche del viernes al ala más moderada del partido, que se votase previamente la enmienda que limita el uso del dinero público para el aborto. La medida, presentada por el demócrata Bart Stupak, prohíbe que en el nuevo plan de seguro los fondos federales financien los abortos, excepto en casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre se vea en peligro, incluyendo en la restricción las pólizas compradas con subsidios federales a aseguradoras privadas, por lo que las mujeres que busquen cobertura para el aborto tendrán que comprar seguros separados con su propio dinero. Stupak dijo que la enmienda aplica la ley federal existente al proyecto de ley de reforma al sistema de salud.
La enmienda fue combatida por los demócratas más liberales, que apoyan el derecho al aborto, como la congresista Diana DeGette quien afirmó que la idea de comprar seguros separados para el aborto es "una ofensa para las mujeres", afirmando que nadie planea un embarazo no deseado. No obstante fue defendida por los moderados, muchos de los cuales se habían negado a respaldar el proyecto de reforma completo si no se endurecían las prohibiciones al uso de fondos federales en abortos. Finalmente, en la votación se unieron 176 republicanos con 64 demócratas, por lo que la enmienda fue aprobada por 240 votos a favor y 194 en contra.
La propuesta aprobada, de casi 2.000 páginas, prevé extender la cobertura a 36 millones de estadounidenses sin seguro de salud, de los más de 46 millones que carecían de él en 2008. Eso significa que si el proyecto llega a convertirse en ley, el 96% de los estadounidenses tendrán cuidado médico asegurado, una cifra no alcanzada nunca. Los ciudadanos estarían obligados a pagar las mensualidades a aseguradoras privadas o a un plan público, con la ayuda de subsidios, so pena de multas.
El 8 de octubre, la Conferencia de Obispos Católicos de los EE. UU. le escribió al Congreso acerca de la reforma del sistema de salud en estos términos: “No se ha de exigir a nadie que pague o que participe en un aborto. Es imprescindible que la legislación le aplique claramente a este nuevo programa las limitaciones federales –establecidas hace mucho tiempo y que gozan de amplio respaldo– relativas al financiamiento y la cobertura del aborto, y que protegen el derecho a la objeción de conciencia. Ninguno de los proyectos de ley actuales reúne estas condiciones... Si no se logra dar una redacción aceptable a estos puntos, nos veremos obligados a oponernos con vigor al proyecto de ley de reforma del sistema de salud”.
Aprobada la enmienda Stupak, los obispos piden ahora a los católicos contactar a los senadores y pedirles: “Durante el debate en pleno del proyecto de ley de reforma del sistema de salud, le pido que apoye una enmienda que incorpore las antiguas políticas en contra de la financiación de los abortos y a favor del derecho a la objeción de conciencia. Si no se abordan estos graves asuntos, le pido que rechace el proyecto final”.