(Agencias/InfoCatólica) “Ocho países de Europa tiene la cruz en su bandera. Entonces, ¿qué significa esto?, se preguntó. “¿Que esas banderas deben ser cambiadas porque en esos países hay extranjeros han obtenido la ciudadanía?, se interpeló.
Berlusconi recordó que el recurso ya fue decidido en el Consejo de Ministros y se “llevará la cuestión a la Comisión Central de la UE, es decir, al Parlamento que decidirá si aceptarlo o no, aunque cualquiera que sea el resultado, no tendrá capacidad coercitiva”. Por tanto, “no creo que haya ninguna necesidad de referendo sobre una decisión absolutamente no respetuosa con la realidad”.
Más reacciones contrarias a la sentencia
La defensa del crucifijo en Italia llevó también a algunos alcaldes a promover iniciativas de todo tipo, como la del Ayuntamiento de Montecchio en la región central de Umbria, donde se ha expuesto un gran crucifijo a la entrada del Consistorio en señal de protesta.
En un pequeño pueblo de Modena, Sassuolo, el alcalde ha comprado cincuenta de estos símbolos católicos para repartirlos entre los colegios, mientras que en Scarlino, en Toscana, el alcalde ha establecido una multa de 500 euros a quien, siguiendo la sentencia de Estrasburgo, elimine un crucifijo ya presente en la pared de un aula.
La Iglesia en Italia, activa en la defensa de sus valores
El asunto del crucifijo en las escuelas, la píldora abortiva, los escándalos sexuales que involucran a políticos son temas contra los que la Iglesia Católica toma posición.
“Italia no es un país laico, es un país conciliador, con un concordato”, reconoció Sergio Romano, editorialista del diario “Il Corriere della Sera”. “Que la sede central de la Iglesia se encuentre aquí es un problema”, sostuvo Romano, quien considera que los partidos políticos tienen que “convivir” con la jerarquía religiosa. “El gobierno de Silvio Berlusconi ha otorgado además más concesiones a la Iglesia”, sostuvo el editorialista.
Entre los logros de la Iglesia Católica en Italia destaca el hecho de que su a la píldora abortiva RU486 ha logrado que ésta no se comercialice por ahora en el país transalpino, a pesar de que fue autorizada por la Agencia de Medicamentos.