(Aica/InfoCatólica) El museo se ubica en la parroquia de San Sebastián Atzacoalco, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, «en tierras de Moctezuma, tlatoani de Tenochtitlán».
El 13 de agosto de 1523 llegaron a estas tierras, como capellanes y sin autoridad apostólica, los tres primeros frailes franciscanos, Pedro de Gante, Juan de Tecto y Juan de Aora, quienes se encargaron de realizar la primera configuración eclesiástica de los territorios de la naciente Nueva España.
De la misma manera, esos tres religiosos fundaron las primeras cuatro capillas en lo que ahora es el Centro Histórico de la Ciudad de México: San Sebastián Atzacoalco, San Pablo Teopan o Zoquipan, Santa María Cuepopan y San Juan Moyotla.
Preservar y difundir aquello que nos dio identidad
El padre Martín Cabrera Joya, párroco de la parroquia San Sebastián Mártir, indicó que los mexicanos somos la suma de ese encuentro de dos culturas que se dio hace más 500 años, por lo que «tenemos el compromiso de cuidar, reconocer, preservar y difundir» todos esos elementos que nos muestran una etapa de nuestra historia y nos dieron identidad..
José Manuel Oropeza Morales, coordinador de la Autoridad del Centro Histórico, ratificó el compromiso del gobierno de la Ciudad de México de trabajar en la preservación del patrimonio del Centro Histórico, por lo que confirmó que mantendrán la colaboración con la arquidiócesis de México para impulsar más proyectos de este tipo.
La exposición temporal cuenta con cinco salas, en las que se pueden apreciar los antecedentes arqueológicos del barrio, entre ellos los procedentes del que fuera el hogar de Moctezuma, así como la historia de San Sebastián Mártir como patrono del barrio.
También posee un espacio en el que se expone la división de los cuatro barrios en que se dividieron los territorios de la capital de la Nueva España; la fundación de San Sebastián Atzacoalco como barrio y doctrina de indios; y la vida de la parroquia de San Sebastián, contada desde el discurso arquitectónico y fotográfico.
La exposición permanecerá hasta junio de 2024 y forma parte de un proyecto con el que se pretende volver a reafirmar el compromiso de la Iglesia en el Centro Histórico, como el primer cuadrante de evangelización, y ubicarlo como un punto neurálgico para recordar que hace 50 años, el Centro de la Ciudad de México era un sitio muy importante, subraya Desde la Fe.
En la inauguración del museo estuvieron presentes, además del padre Cabrera Joya y Oropeza Morales, Horacio Baez Jiménez, historiador y coordinador de Estudios de la Cuenca de México de la Dimensión de Bienes Culturales de la arquidiócesis de México; Ana Karen Ramos Hernández, museógrafa del Instituto Nacional de Antropología e Historia; y el equipo multidisciplinario que participó en el diseño y montaje de la exposición.