(NCR/InfoCatólica) En declaraciones al Nationcal Catholic Register, el antiguo obispo de Monmouth, en Gales, habló de su camino hacia la Iglesia católica y explicó cómo, aunque ha encontrado «un hogar encantador» en el Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham, no ve el hacerse católico como «una panacea para los desilusionados por el anglicanismo», sino como «un paso en la dirección correcta para mí personalmente».
Nacido en Londres en 1956, Pain fue ordenado sacerdote anglicano (*) en la Iglesia de Gales, en la catedral de Newport, en 1986. Ejerció todo su ministerio en la diócesis de Monmouth, gran parte del mismo en la formación del clero, y fue elegido obispo de Monmouth en 2013. Casado y con dos hijos, se retiró como obispo de Monmouth en 2019.
De los 11 ex obispos anglicanos que han sido recibidos en la Iglesia católica desde 2011, ocho han entrado en el Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham y tres se han unido a una diócesis. Hasta ahora, nueve han sido ordenados sacerdotes.
Edawrd Pentin lo ha entrevistado.
¿Qué le llevó a convertirse en clérigo anglicano y cómo llegó a ser obispo de la Iglesia de Gales?
Mi vocación comenzó cuando tenía unos 13 años y me nutrí de mi trabajo como monaguillo en la iglesia anglicana local. Creía que Dios me llamaba a ser sacerdote y seguí el camino de la formación, que finalmente me llevó a ser ordenado en la Iglesia de Gales. Mi ministerio como sacerdote se centró en Monmouthshire, en el sur de Gales, y serví en parroquias y luego llegué a ser archidiácono. También participé mucho en el discernimiento y la selección del clero en todo Gales.
En la Iglesia de Gales te elige obispo el colegio electoral, formado por representantes clericales y laicos de las seis diócesis de la provincia. Es un gran honor ser elegido por un grupo tan diverso de cristianos.
¿Puede hablarnos de su camino hasta ser recibido en la Iglesia católica? ¿Qué le atrajo de la Iglesia católica y le llevó a tomar esta decisión?
Dejé de ser obispo por motivos de salud y tardé un par de años en recuperarme. Afortunadamente, me encuentro bien de nuevo y el tiempo fuera del ministerio me dio la oportunidad de reflexionar de nuevo sobre mi camino espiritual. Como alto anglicano, siempre me he sentido atraído por la Iglesia católica. La cultura espiritual es muy similar, con muchas variaciones locales.
Personalmente, no tuve que dar un gran salto de fe para hacerme católico. Sí, hay un ajuste en la enseñanza y el énfasis, pero la formación es principalmente espiritual en el contexto y, afortunadamente, no estoy involucrado en la política. Por un lado, me sorprende lo fácil que es tomar la decisión y, sinceramente, siento que he llegado a casa.
Algunos han expresado su sorpresa por el hecho de que tantos antiguos obispos anglicanos se hayan convertido al catolicismo, cuando la Iglesia católica parece estar atravesando luchas similares a las de la Comunión anglicana durante este pontificado. ¿Qué razones daría usted para ello?
Como era de esperar, he reflexionado sobre las luchas internas de la Iglesia católica y cómo reflejan los largos y dolorosos debates del anglicanismo. Gran parte de ello gira en torno a nuestra respuesta al espíritu de la época. La Iglesia de Inglaterra, en su papel de Iglesia establecida, ha sido especialmente consciente de los cambios de actitud en la religión y la moral y ha intentado abordarlos y ofrecer un camino a seguir que se mantenga bíblicamente alineado y en el espíritu de la tradición de la Iglesia.
La Iglesia católica también dispone de una serie de mecanismos para afrontar los retos actuales, y el carisma del Papa es esencial para la estabilidad y la unidad. El catolicismo tiene un peso, una gravedad, que sugiere que, aunque puede cambiar (como ocurrió con el Concilio Vaticano II), lo hará sin desgarrarse. El peligro es cuando la gente mantiene posiciones atrincheradas y no busca un diálogo genuino. Es muy valiente por parte del Papa Francisco ofrecer un proceso de sinodalidad. Obviamente cree que Dios puede actuar a través de las distintas voces. Sólo espero y rezo para que la sinodalidad comience en la vida de la Santísima Trinidad, por lo que tiene que haber más silencio y escucha atenta para que el proceso florezca.
¿Prevé que otros líderes anglicanos de Gales y otros lugares sean recibidos en la Iglesia católica en los próximos años?
No puedo hablar por otros en un asunto tan personal. El pronóstico sugiere un goteo más que un aguacero.
¿Cómo ve su futuro papel en la Iglesia católica? ¿Espera ser ordenado sacerdote en el Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham?
En el Ordinariato encuentro un hogar encantador: La acogida ha sido cálida y abierta. Como en tantas parroquias, el clero está muy ocupado y si puedo llegar a ser sacerdote asistente y resultar útil, pues a ver si es la voluntad de Dios.
El arzobispo anglicano de York dijo recientemente que el Padre Nuestro tiene connotaciones patriarcales y es, por tanto, «problemático». ¿Considera que estas declaraciones pueden ser un catalizador para que el clero y los laicos anglicanos regresen a la Iglesia católica?
Sé que la declaración del arzobispo ha provocado una reacción violenta y veo que quiere abrirse a quienes se ven afectados por el lenguaje patriarcal. Lo comprendo, pero de alguna manera tenemos que hacer que la gente vea a Dios en su ser misterioso, que no es ni hombre ni mujer. La enseñanza del Catecismo sobre Dios Padre lo deja claro. La oración que nos abre al amor y a la curación de Dios trasciende y redime nuestra experiencia y nuestras relaciones. Para ser justos, el discurso del arzobispo se centró más en la palabra padre nuestro al recordarnos que estamos unidos en el Padre Nuestro.
Habló en el contexto de su reciente encuentro con el Papa Francisco y dijo que el Padre Nuestro es una oración peligrosa porque nos guía hacia la unidad que es transformadora. Este tipo de afirmaciones sólo pueden actuar como catalizador si uno se decide por su propio camino.
¿Hasta qué punto ve el verdadero ecumenismo como un retorno a la Iglesia católica?
En términos de verdadero ecumenismo, aunque reconozco la riqueza de mi herencia y experiencia anglicanas, me inclino a considerar que volver a la Iglesia católica es un paso en la dirección correcta para mí personalmente. Otra cosa es considerar la unidad confesional. El anglicanismo puede parecer una rama que se separó de la Iglesia católica, pero ha crecido y se ha desarrollado hacia una identidad propia que envuelve muchas posiciones y estructuras teológicas. Del mismo modo, no es que la Iglesia católica haya permanecido igual y las luchas internas han sido puestas de relieve por el proceso sinodal. Tanto la Iglesia anglicana como la católica intentan encontrar la manera de estar en el mundo y, al mismo tiempo, presentar un Evangelio auténtico. La lucha es común, pero no hay unidad. Aprender a vivir en presencia del cuerpo de Cristo es nuestro camino a seguir.
¿Qué consejo daría a otros clérigos y laicos anglicanos que estén pensando en nadar el Tíber, especialmente a los que se han desencantado de la Iglesia de Inglaterra y Gales?
Como he indicado, venir a Roma no es una panacea para los desilusionados por el anglicanismo. Todavía hay que pensar y rezar mucho sobre lo que Dios está haciendo en su Iglesia mientras redime al mundo. Lo que tengo más claro es que no puedes venir sólo como individuo, queriendo que la Iglesia se adapte a tu visión del mundo. Entregarse a la vida de la Iglesia, reconocer su autoridad y creer en su integridad como depositaria de la verdad y como camino de vida requiere fe y confianza. Pero esto vale tanto para los católicos de toda la vida como para los recién convertidos.
(*) Las ordenaciones anglicanas no son válidas. Esa es la razón por la que los clérigos anglicanos conversos al catolicismo deben recibir el sacramento del orden para ser diáconos o sacerdotes