(CNAd/InfoCatólica) «En aquel momento, actué como se actuaba en aquel momento», ha dicho Fernández en una entrevista concedida el pasado viernes a katholisch.de. «Se trataba de una causa que ya estaba siendo investigada y que había sido archivada por la Justicia diez años antes de que yo llegara a La Plata. Justo cuando asumí como arzobispo, los fiscales lograron que se reabriera el caso».
El proyecto BishopAccountability.org, que ya tiene 20 años de vida y documenta abusos en el espacio de la Iglesia, informó sobre el caso inmediatamente después de que Fernández fuera designado por el papa Francisco. Mons. Fernández negó que obrara mal, ahora matiza.
Le defendió, le apoyó, atacó a los denunciantes
«A principios de febrero de 2019, Fernández defendió públicamente a un influyente sacerdote de La Plata, el padre Eduardo Lorenzo, después de que resurgiera una denuncia de abuso sexual infantil de 2008 contra el sacerdote», dijo BishopAccountability.org. «Fernández publicó una carta de Lorenzo en el sitio web de la arquidiócesis en la que el sacerdote negaba las acusaciones y acusaba a sus críticos de 'calumnia, injuria y difamación'. El arzobispo coincidió públicamente con Lorenzo en que sus críticos perseguían una agenda diferente, calificando sus protestas contra el sacerdote como una 'torpe lucha para ridiculizarlo'. En marzo de 2019, mientras Lorenzo era nuevamente procesado, el arzobispo viajó a la parroquia del sacerdote para concelebrar una misa en la que Lorenzo renovó su compromiso con el sacerdocio».
Retirado por razones de salud
«En septiembre de 2019, otras dos presuntas víctimas de Lorenzo se presentaron, pero Fernández continuó manteniendo al sacerdote en el ministerio parroquial, limitándose a recordarle la regla archidiocesana que prohíbe a los sacerdotes viajar o pasar tiempo a solas con menores», continúa. «En octubre de 2019, a medida que se profundizaba la causa penal contra Lorenzo, el arzobispo finalmente lo retiró de la parroquia, afirmando que Lorenzo había pedido la licencia 'por razones de salud'».
«En diciembre de 2019, horas después de que un juez emitiera una orden de arresto, Lorenzo se suicidó», dice el informe. «Para entonces, ya se habían presentado cinco víctimas. Fernández emitió un breve comunicado diciendo que Lorenzo se había suicidado 'tras largos meses de enorme tensión y sufrimiento.' No dirigió ninguna palabra de consuelo a las víctimas, limitándose a decir que rezaría por aquellos 'que se han sentido ofendidos o afectados por las acusaciones contra el sacerdote'.»
Fernández declaró a katholisch.de:
«Pedí al sacerdote que evitara todo contacto con menores, y unos meses después que dejara de ejercer públicamente su sacerdocio. Incluso le enviamos a un centro de Cáritas donde le examinó un médico. Más tarde fue enviado a la cárcel por precaución y allí se suicidó. Aquel fue el año más duro de mi vida».
Echa la culpa a las directrices de la Iglesai
Hoy «tomaría medidas mucho más drásticas antes, sabiendo que eso no significa adelantarse a las decisiones de la Justicia», admite el arzobispo. «Así, todo el mundo habría tenido más paz. Pero en aquel momento había otras directrices eclesiásticas; hoy en día, gracias a Dios, los procesos previstos son mucho mejores. En ese sentido, puedo decir que no hice nada indebido: No defendí al sacerdote ni hice nada que afectara a las víctimas o a la justicia».
«Cuando las víctimas me preguntaron si les creía, siempre les dije que sí», subrayó Fernández. «Si hoy me dicen que mi actuación no fue suficiente, estoy de acuerdo. Aunque no actuara en contra de lo que era común en la época, podría haber actuado mejor de lo que lo hice.»
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe también es responsable del tema de los abusos. Sin embargo, tras consultar con el Papa Francisco, «dejará de tener jurisdicción directa sobre ello», dijo Fernández. «Me parece muy razonable, teniendo en cuenta que no soy un canonista especializado, sino un teólogo. Además, es difícil que el prefecto dedique tiempo y atención al desarrollo del pensamiento eclesiástico cuando es responsable directo del tema de los abusos.»
El nuevo prefecto dijo que, en cambio, velaría por «la coherencia en las declaraciones magisteriales de la Iglesia», «incluido el magisterio de Francisco. A veces uno tiene la impresión de que se repiten sin cesar argumentaciones teológicas ya conocidas. Como si Francisco no existiera, como si no tuviera nada que decir, como si no tuviera nada que decir sobre los temas que están sobre la mesa. Pero Francisco ya ha aportado tanto!».
«Respecto a este punto, hay una prioridad en todo caso, como la hay en buscar una teología en diálogo con la vida concreta de las personas, con su sufrimiento, sus golpes de suerte y su esperanza», añadió Fernández.
«A veces esta gente me ha hecho sufrir, pero yo no veo sufrir a nadie», dijo Fernández refiriéndose a los críticos con el Papa Francisco. «Nunca me parece mal hablar con estos grupos para aclarar algo. Pero nunca se nos ocurriría ni al Papa ni a mí utilizar nuestro poder para hacer la vida difícil a los demás.»