(Aica/InfoCatólica) El obispo de Matagalpa fue liberado de la prisión Modelo mientras se llevaban a cabo negociaciones para su liberación definitiva y su exilio en Roma, en coordinación entre el Gobierno de Ortega, un representante del Vaticano y el propio Álvarez. Sin embargo, Álvarez se negó a abandonar el país y decidió regresar a prisión.
Esta es la segunda vez que Rolando Álvarez rechaza ser trasladado fuera del país. La primera ocasión ocurrió en febrero, cuando el régimen de Ortega ordenó la liberación y el exilio de 220 presos políticos. En esa ocasión, el obispo optó por no salir de la cárcel y, pocos días después, fue condenado a más de 26 años de prisión.
De acuerdo con el diario Confidencial, el obispo «no aceptó los términos impuestos para su destierro».
La versión diplomática indica que, según una fuente diplomática citada por la agencia EFE, el obispo Álvarez fue excarcelado el lunes por la noche y desde entonces estuvo bajo el resguardo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en la capital del país, Managua. Según esta fuente, su liberación fue resultado de negociaciones entre el Gobierno nicaragüense, el Vaticano y el episcopado, quienes posteriormente discutieron el destino del obispo. Durante las conversaciones, se consideró la posibilidad de enviar al obispo Álvarez a Roma o al exilio, o regresarlo a prisión en caso de que se negara, lo cual finalmente ocurrió.
«Parece que la negociación no prosperó y que ha vuelto a la Modelo», comentó la fuente. El obispo Álvarez se habría negado nuevamente a abandonar Nicaragua, como exigía el Gobierno de Ortega, «salvo que el Papa Francisco lo ordenara», explicó.
Según la fuente, la decisión del obispo nicaragüense, quien se encuentra recluido en «la Modelo» desde el 9 de febrero pasado tras negarse a ser expulsado a Estados Unidos, es quedarse en su país.
«Monseñor Rolando Álvarez no quiere salir de Nicaragua. Quiere ser libre, sin condiciones, en su país», sostuvo en su red social el obispo hondureño José Antonio Canales, quien ha dado seguimiento a la situación de su colega.
«A menos que el Papa me lo ordene»
Por su parte el obispo auxiliar de Managua (Nicaragua), monseñor Silvio Báez, aseguró el 5 de julio que monseñor Rolando Álvarez «no se iría de Nicaragua por ningún motivo, a menos que el Papa se lo mandara».
Mons. Báez, exiliado en Miami (Estados Unidos) desde abril de 2019 a causa de la persecución de la dictadura, publicó un comunicado el 5 de julio, explicando las razones del obispo de Matagalpa. En el texto cuenta que, en agosto de 2022, conversó por teléfono con monseñor Álvarez cuando aún estaba secuestrado por el régimen en la ciudad de Matagalpa.
«En aquella ocasión, me dijo que no se iría de Nicaragua por ningún motivo, a menos que el Papa se lo mandara. Añadió que era una decisión en conciencia ante Dios», aseguró el prelado, en su mensaje publicado en Twitter.
«Así que no hay nada que negociar. Conozco a Rolando y nunca negociará una decisión de conciencia que ha tomado y que yo comprendo plenamente. En 2019, yo habría hecho lo mismo que él. Yo nunca me hubiera ido desterrado de mi país. Si salí fue en obediencia al Papa, que me lo mandó», añadió.
En la tarde de este miércoles, el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes negó que Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, hubiera sido excarcelado por las autoridades nicaragüenses. «Es pura especulación», sostuvo Brenes, arzobispo de Managua, en declaraciones ofrecidas a la emisora La Corporación.
Según el cardenal nicaragüense, el obispo Álvarez seguía recluido en el Sistema Penitenciario Nacional, en la prisión de máxima seguridad de Nicaragua, conocida como «la Modelo». «Él está allí mismo», aseguró el arzobispo, que aclaró que no ha hablado personalmente con Álvarez.
