(Vatican.news/InfoCatólica) En su intervención en el Foro para el Diálogo y la Paz en los Balcanes, celebrado el sábado 17 de junio en Capodistria (Eslovenia), el cardenal Pietro Parolin agradeció a los presentes, entre ellos el Presidente de la nación, el Primer Ministro y los representantes de las iglesias cristianas y otras confesiones religiosas, por acoger este evento. El Secretario de Estado vaticano observó que Eslovenia es una encrucijada de pueblos, un puente entre mundos y culturas diferentes que bordean la zona de los Balcanes.
La paz y el diálogo son cruciales
El Cardenal Parolin señaló que el diálogo y los esfuerzos por la paz son cruciales hoy en día, como estamos observando con la guerra en Ucrania y las tensiones en otras regiones. Estos esfuerzos son especialmente importantes en la región de los Balcanes, que ha sido testigo de trágicas guerras, pero también, y no hay que pasarlo por alto, de «extraordinarios ejemplos de coexistencia pacífica entre personas de diferentes etnias, culturas y religiones a lo largo de los siglos». El Secretario de Estado vaticano remarcó cómo la historia de la zona balcánica ha demostrado que las diferencias culturales y religiosas son «una fuente de riqueza», como reflejan las numerosas iglesias, mezquitas y sinagogas de la región que salpican el paisaje arquitectónico.
Llamados a ser pacificadores
Citando el Evangelio de Mateo, cuando Jesús dice: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», el cardenal Parolin resaltó esta llamada universal «a comprometerse en el vasto ámbito de la paz». Explicó cómo la Santa Sede, como actor internacional soberano e independiente, libre de cualquier interés material, se ha esforzado por ofrecer su contribución siempre que ha sido posible para mediar en los conflictos entre Estados y dentro de ellos o ayudar a la reconciliación de las partes en conflicto.
Y recordó cómo en los años 90, con la disolución de Yugoslavia, se hicieron esfuerzos prudentes para alentar la búsqueda incansable del diálogo entre las partes, rechazar el uso de la fuerza para resolver las disputas y restablecer la coexistencia pacífica entre los pueblos de Yugoslavia, basada en el respeto mutuo y la justicia. Evocó cómo el Papa Juan Pablo II hizo repetidos llamamientos a los creyentes y a los líderes religiosos «para que intensifiquen el diálogo y la acción común en la búsqueda de un clima de paz y de una cultura del encuentro entre poblaciones diversas, destinadas a vivir juntas en la nueva Europa que está surgiendo».
Invertir en una cultura del encuentro
Promover una cultura del encuentro por encima de la confrontación es crucial, subrayó el purpurado, y el diálogo interreligioso es una condición esencial para la paz, recordando las palabras del Papa Francisco en su carta encíclica Fratelli tutti: «Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto». Este diálogo entre las culturas latina, bizantina e islámica es especialmente importante para el futuro pacífico de los Balcanes, aseguró el cardenal Parolin.
Construir puentes
El diálogo interreligioso ofrece una vía para fomentar la fraternidad y la paz en el mundo, añadió el Secretario de Estado vaticano, y esto puede ayudar a resolver el problema del extremismo que aparece incluso dentro de las religiones. Manifestó que «tender puentes, más que levantar muros, es la arquitectura más desafiante para construir el futuro», pero el camino para lograr la paz, ya que «un puente une, crea comunión, abre las puertas al diálogo y al conocimiento».
Camino de fraternidad
Recordando los esfuerzos por la paz y el diálogo, el Cardenal Parolin observó cómo el camino europeo ofrece una oportunidad favorable para promover reformas en las esferas política, económica y social que pueden ayudar en este proceso y fortalecer la estabilidad. Añadió que la Santa Sede ve con buenos ojos esta aspiración y la apoya firmemente. El Papa Francisco - afirmó - imagina Europa como un «camino de fraternidad» que inspiró a los padres fundadores de la Europa moderna que trabajaron para sentar las bases de una paz duradera.