(Aica/InfoCatólica) Francisco agradeció las oraciones y manifestaciones de afecto durante su convalescencia.
Seguidamente, reflexionando a la luz del Evangelio de este domingo XI del tiempo ordinario, el pontífice expresó que «el corazón del anuncio es el testimonio gratuito, el servicio», al tiempo que manifestó que «estando cerca de Dios vencemos el miedo y sentimos la necesidad de anunciar su amor».
«El reino de Dios, es decir su señorío de amor, se ha hecho cercano, viene en medio de nosotros y esta es la realidad fundamental de la vida: la cercanía de Dios, la cercanía de Jesús«, continuó el pontífice, quien afirmó que «Dios no es distante, sino que es Padre, conoce a sus hijos y los ama, también cuando vas por senderos empinados y difíciles, también cuando caes y te cuesta levantarte y retomar el camino».
En esa línea, Francisco invitó a los fieles a quedarse en esta imagen, «porque anunciar a Dios cercano es invitar a pensar como un niño, que camina de la mano del padre», donde «el mundo, grande y misterioso, se vuelve familiar y seguro, porque el niño sabe que está protegido».
«Es por esto que Jesús parte de aquí, porque la cercanía de Dios es el primer anuncio: estando cerca de Dios vencemos el miedo, nos abrimos al amor, crecemos en el bien y sentimos la necesidad y la alegría de anunciar»
Ser como los niños que miran el mundo con confianza
El Santo Padre señaló que «si queremos ser buenos apóstoles debemos ser como los niños, sentarnos ‘en las rodillas de Dios’ y de ahí mirar el mundo con confianza y amor, para testimoniar que Dios es Padre, que Él solo transforma nuestros corazones y nos da esa alegría y esa paz que nosotros mismos no podemos alcanzar».
«Para anunciar que Dios está cerca hay que seguir lo que Jesús aconseja en el Evangelio: No decir muchas palabras, sino realizar muchos gestos de amor y de esperanza en el nombre del Señor. Este es el corazón del anuncio: el testimonio gratuito, el servicio», agregó.
Finalmente, el Papa instó a los fieles a preguntarse a sí mismos si confían en el Señor y saben mirar adelante con confianza como un niño que sabe que es llevado en brazos del padre, y también si oran y escuchan la Palabra y se acercan a los sacramentos. «Cerca de Él, ¿sabemos infundir valentía a los otros, hacernos cercanos a quien sufre y está solo, a quién está lejos y también a quien es hostil?»
»Recemos a María, para que nos ayude a sentirnos amados y a transmitir la cercanía y la confianza, concluyó Francisco.+